CARTELERA POLÍTICA || Leonel Durante López
*Mario Vargas Llosa: sus encuentros y desencuentros con México
*Frijol del Bienestar, ¡la nueva ocurrencia” de Claudia
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, falleció el domingo en la capital peruana a la edad de 89 años, rodeado de su familia y “en paz”, dijo su hijo Álvaro Vargas Llosa.
Álvaro Vargas Llosa informó que no tendrá lugar ninguna ceremonia pública. “Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados”, sostuvo.
Vargas Llosa, escritor, novelista, periodista, en su faceta política, intentó sin éxito ser presidente del Perú, pero fue derrotado por Alberto Fujimori en 1990.
Como varios autores del Boom latinoamericano, Vargas Llosa se embarcó en el socialismo, pero se apartó de esas ideas. Hasta principios de los años setenta, dice su biografía del sitio oficial del Premio Nobel, “Vargas Llosa percibió en el socialismo y la revolución cubana una serie de ideas que encarnaban la modernidad y una solución a los vicios morales y al subdesarrollo económico de Latinoamérica”.
Sin embargo, se apartó de esas ideas cuando vio que los escritores sentían restringida su libertad creativa bajo esos regímenes. Se distanció de Fidel Castro y del socialismo, y comenzó a abogar por el reformismo, el pluralismo liberal, la democracia y el libre mercado.
En México, a la par de sus éxitos literarios, es recordado por endilgar al gobierno mexicano encabezado por el PRI un mote que aún hoy se recuerda: “La dictadura perfecta”.
En 1990, en un encuentro organizado por la revista Vuelta y Televisa, Vargas Llosa soltó, frente al también Nobel Octavio Paz: “Yo recuerdo haber pensado muchas veces sobre el caso mexicano con esta fórmula. México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo, no es la Unión Soviética, no es Fidel Castro, es México.
“Porque es la dictadura camuflada de tal modo que puede parecer no ser una dictadura, pero tiene, de hecho, si uno escarba todas las características de la dictadura, la permanencia, no de un nombre, pero sí de un partido.
“Un partido que es inamovible, un partido que concede suficiente espacio para la crítica en la medida en que esa crítica le sirva, le sirve, porque confirma que es un partido democrático, pero que suprime por todos los medios, incluso los peores, aquella crítica que de alguna manera pone en peligro su permanencia. Una dictadura que además ha creado una retórica que lo justifique, una retórica de izquierda”.
En 2019, Vargas Llosa advirtió que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador podría resucitar esa “dictadura perfecta”, lo que generó nuevas críticas y debates en el país.
Sus posturas liberales y su rechazo al populismo lo enfrentaron a sectores de la izquierda mexicana. “No era tan perfecta, porque finalmente la dictadura desapareció, pero lo que es terrible es que vaya a resucitar, ¿no? Porque yo tengo un poco la impresión de que López Obrador es como la resurrección del PRI, del PRI que formó parte de su juventud”, dijo en entrevista con Reforma publicada el 17 de octubre de 2019.
Un par de años después, AMLO lo criticaría por no intervenir en el proceso de destitución del presidente Pedro Castillo en Perú. “Decía un crítico ruso, cuando los escritores se entregan por completo a la mentira, pierden hasta la imaginación y el talento, ya no le he leído algo tan bueno como lo que escribía antes”, dijo López Obrador al referirse al premio Nobel de Literatura en 2010 en su mañanera del 16 de diciembre de 2021.
Sin embargo, Vargas Llosa expresó en varias ocasiones su fascinación por la riqueza cultural de México, especialmente por su literatura. Fue un gran admirador de escritores de este país, como Juan Rulfo y Carlos Fuentes, con quienes compartió una relación de respeto durante el auge del Boom latinoamericano en los años 60 y 70. Se recuerda su amistad con Fuentes y sus intercambios epistolares sobre literatura y política.
Con el colombiano radicado en México Gabriel García Márquez (también Premio Nobel) también lo unía una amistad, que terminó abruptamente en México en 1976, cuando le propinó un puñetazo en el rostro durante un evento en la Ciudad de México. Aunque las razones exactas no se han aclarado públicamente (se especula sobre motivos personales y diferencias políticas), el episodio tuvo lugar en México y se convirtió en una anécdota legendaria del Boom.
La apuesta para la autosuficiencia alimentaria
Como parte de la estrategia para lograr la autosuficiencia alimentaria en México, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el Frijol del Bienestar.
Alguien le sopló al oído a la presidenta la “ideota”, de sumar a sus ocurrencias y como parte de la “estrategia para lograr la autosuficiencia alimentaria en México”, lanzó la oferta del Frijol del Bienestar para el pueblo bueno y sabio.
A propósito, el anunció del “Frijol Bienestar”, la presidenta lo hizo en Zacatecas, -sin albur-, pero nos parece un engaño más, porque por la crisis en la que se encuentra el país, los mexicanos deberán someterse a la dieta de comer frijoles de harina y huevo, es la modalidad de la austeridad republicana, dado que el salario mínimo y de miseria ya no alcanza para comprar carne.
Con estos ofertones del gobierno, me parece que regresamos a los tiempos del pasado, cuando el PRI creó la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), una empresa paraestatal mexicana que se encargaba de garantizar la seguridad alimentaria y el abasto. Se creó en la década de 1960 y desapareció a finales de 1998.
Además, el gobierno del PRI, también creó Diconsa, encargada de garantizar la distribución de alimentos con alto contenido nutricional y económicamente accesibles, para la población en condiciones de marginación.
Además, el gobierno también creo Bodegas Rurales Conasupo (Boruconsa), misma que dependía directamente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, encargada de adquirir granos directamente del campo local y de importación, como frijol, maíz, arroz, contaba con grandes almacenes de abasto y tiendas comunitarias.
En los años 70, la Conasupo implementó el plan “graneros del pueblo”, que consistía en la construcción de silos cilíndricos para abastecer a poblaciones marginadas.
La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) fue una empresa paraestatal mexicana que se encargaba de garantizar la seguridad alimentaria y el abasto.
La paraestatal regulaba los precios básicos de los productos básico, a través de tienda a nivel nacional que ya no existen, solo Liconsa que vende leche por dotación en locales y su distribución, hoy el gobierno lo tiene muy restringido. La empresa se creó en la década de 1960 y desapareció a finales de 1998.
Posiblemente a la presidenta le estén dando ideas los priistas, esa escoria que se fue a refugiar a Morena, son ideas caducas y eso del Frijol Bienestar es una ocurrencia más que como todas tienen un destino final, el fracaso.
Según el gobierno, esto forma parte del “Plan México para la Autosifucuencia”, cuando a todos nos consta que en materia alimentaria somos dependientes del extranjero por comprar más del 80 por ciento de los granos que nos comemos.
Pero, en fin, no hemos visto lo peor, pero este gobierno se encarga de darnos las malas, aunque con engaños.
Del Montón
Organizaciones no Gubernamentales (ONG) defensoras de derechos civiles afirmaron que, a solo dos semanas del inicio de las campañas por la polémica elección judicial, el proceso ya se ve empañado por denuncias de narco y violencia atribuida a candidatos. Las ONG señalaron que en ese breve lapso ya hay más de una docena de candidatos acusados de nexos criminales, lo que evidencia riesgos de elegir por voto popular a jueces. * * * Eso es todo por hoy. Por la temporada vacacional de Semana Santa, regresamos el próximo domingo primero Dios con más de lo mismo.
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