Héctor Estrada
La reciente visita de Margarita Zavala a Chiapas terminó por corroborar lo que durante los últimos años ha sido prácticamente un secreto a voces: el distanciamiento que existe entre la principal cúpula nacional panista y el gobierno de Manuel Velasco Coello. Una relación fracturada que se ve a lo lejos con evidente recelo, ante lo irrelevante del gobierno verde en Chiapas y sus desatinadas apuestas dentro de los “liderazgos blanquiazules” tanto en lo local como en lo nacional.
Si bien no se puede hablar de una confrontación pública entre ambos frentes, la relación e interacción de Manuel Velasco con el Partido Acción Nacional (PAN) no ha sido la más afortunada. Nada muy distinto a lo sucedido con otras fuerzas nacionales de oposición, como el Partido de la Revolución Democrática (PRD), para las que el gobernador chiapaneco simplemente no representa ningún caso de importancia o prioridad dentro de los planes nacionales rumbo al proceso electoral de 2018.
Sin embargo, la torpe intromisión de Velasco Coello dentro de la contienda interna panista por la candidatura presidencial parece comenzar a calentar los ánimos. Así lo dejaron de manifiesto las declaraciones de Margarita Zavala el pasado miércoles durante su rápida visita a la capital chiapaneca al referirse de manera “diplomática” al ya moribundo gobierno verde en Chiapas que, de pasada, aseguró que no ha hecho las cosas bien en distintos aspectos.
La aspirante a la candidatura presidencial panista sostuvo además que en Chiapas hoy la población vive un ambiente de incertidumbre, indignación, enojo y miedo ante los resultados del gobierno estatal. Aseguró que la situación mantiene a la entidad en un profundo letargo de desarrollo económico, debido a la desconfianza que actualmente genera Chiapas en materia de atracción de inversiones y la llegada de proyectos sustentables.
Se trata de, sin duda, de señalamientos que (sutiles o no) hablan de la posición que Margarita Zavala y el importante grupo que representan tienen respecto a gobierno de Manuel Velasco. Y es que, el descontento no es para menos. Desde los primeros años de su gobierno el mandatario chiapaneco “puso las cartas sobre la mesa”, apostando de manera desproporcionada sobre la cada vez más lejana candidatura presidencial de Rafael Moreno Valle.
Hay quienes, desde al interior del panismo estatal, han acusado el uso de recursos públicos estatales para financiar los eventos propagandísticos del ex gobernador poblano en Chiapas. Y las pruebas parece desbordarse. La presencia del Rafael Moreno en Chiapas desde 2014 ha sido constante y los encuentros con el gobernador chiapaneco en igual sentido. No habido el menor empacho de Manuel Velasco para ocultar su afinidad y apoyo hacia el ex gobernador panista, de arraigados origenes y vínculos mucho más priistas.
El ejemplo más reciente fue justamente el del miércoles pasado, cuando de manera deliberada el equipo de Manuel Velasco decidió “sabotear” el evento de Zavala en Chiapa de Corzo para habilitar de última hora un evento para el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Hasta allá fueron trasladadas las beneficiarias de programas como “Bienestar” y la primera plana del gabinete estatal, junto a los principales funcionarios públicos de la estructura verde chiapaneca. Incluida la ya muy desacreditada dirigente estatal de PAN en Chiapas, Janette Ovando Reazola.
La relación de Manuel Velasco Coello con los dos principales aspirantes a la candidatura panista (Margarita Zavala y Ricardo Anaya) no está en su mejor momento. El gobernador chiapaneco parece haber apostado mal en esa partida, pues los presagios no pintan favorables a su gallo. En todas las encuestas realizadas por empresas serias Moreno Valle ha quedado ya muy rezagado dentro de las preferencias. Hoy, Zavala y Anaya apuntan a ser quienes realmente se disputarán la candidatura de Acción Nacional, ante un Moreno Valle disminuido, que seguramente seguirá “disparando arriba” para tener campo de negoción en otros frentes.
La alta posibilidad de que el candidato o candidata panista emerja de una designación directa aleja aún más las posibilidades del ex gobernador poblano y sus aliados externos. Ante semejante escenario, que deberá definirse a más tardar en el mes de noviembre, Manuel Velasco seguramente estaría forzado a replantear sus estrategias o afinidades de conveniencia, pues los malos cálculos podrían costarle muy caro en caso de que los ahora “distantes” pudieran terminar relevando en el cargo a su principal protector en la Presidencia de la República… así las cosas.