En la Mira / Héctor Estrada
Agustín Bonifaz, de la expulsión perredista a los vínculos delictivos
El recién expulsado de las filas perredistas Agustín Bonifaz Herrera no sale de una para entrar a otra. Hace sólo unos días fue notificado por la dirigencia nacional del PRD de su expulsión por apoyar abiertamente a candidatos o partidos de oposición y ahora se encuentra envuelto en tremendo escándalo que lo involucra en presuntos delitos como extorsión agravada, robo, tráfico de armas y delincuencia organizada, cometidos por su hermano José Luis.
Los señalamientos públicos fueron hechos directamente por una de las supuestas víctimas, Iván Hernández Santiago, quien a través de declaraciones a medios de comunicación detalló algunos de los ilícitos cometidos por el hermano de Agustín Bonifaz. Entre ellos destaca el expediente 301/2013 por el delito de extorsión cometido contra Petra del Rosario Hernández Aguilar (tía del denunciante), razón por la que José Luis Bonifaz fue procesado y luego liberado.
Según el denunciante, el caso de Petra del Rosario fue el detonante de la intervención de Agustín para proteger a su hermano. Desde entonces las amenazas y hostigamientos comenzaron contra la familia Hernández. Las advertencias fueron siempre muy claras: “si se metían con José Luis, el peso político de Agustín caería sobre ellos”, aseguró Hernández Santiago ante los medios de comunicación.
Se trata sin duda de señalamientos graves que se suman a la lista de acusaciones anteriores con los que Agustín Bonifaz ha tenido que lidiar durante los últimos años. Y es que, el cuestionable accionar de este personaje, su vinculación pública con la campaña de Luis Armando Melgar y las serias denuncias en su contra por presunto abuso de autoridad y malos manejos financieros lo han mantenido en el “ojo del huracán”.
A costa de chantajes y presiones de grupo, Bonifaz Herrera se enraizó durante años en la nómina del Comité Estatal del PRD hasta su expulsión. Es un personaje ya muy conocido dentro de las denominadas “tribus perredistas” por su capacidad para desestabilizar y negociar a costa del partido a fin de acceder a beneficios exclusivamente personales. Nada fuera de lo común entre la clase política chiapaneca, pero en el caso de Agustín el descaro es francamente sorprendente.
A través de la organización Movimiento Nacional de la Esperanza (por cierto, también afiliada al PRD), se encargó de elaborar una estructura estatal electoral a favor de Melgar Bravo. Tomó protesta como coordinadores municipales de dicha agrupación a personas estrechamente ligadas al senador chiapaneco, como es el caso del coordinador de “Casa Melgar” en Mapastepec, Emanuel Noriega Molina, que en septiembre pasado fuera designado por el propio Agustín Bonifaz como coordinador del Movimiento Nacional de la Esperanza en ese municipio.
Sin el menor de los empachos, el mismísimo Agustín Bonifaz ha hecho presencia en los eventos proselitistas de Luis Armando Melgar. El caso más escandaloso sucedió el pasado 9 de febrero cuando el secretario perredista anunciara en pleno acto público que respaldaría políticamente la candidatura de Melgar Bravo, poniendo a su disposición las estructuras perredistas de municipios como Mapastepec, Villa Comaltitlán y Tuzantán.
Y es que, las acusaciones contra este turbio ex perredista son innumerables. Hace sólo unos meses fue denunciado por jóvenes a quienes presuntamente había contratado (bajo promesas de trabajo) para realizar diversas tareas proselitistas, y que al final de cuentas fueron despedidos y abandonados lejos de sus lugares de residencia sin recibir explicación alguna. A lo anterior se suman los señalamientos sobre abusos de autoridad y malos manejos financieros que desde hace años pesan sobre su persona.
Ahora las acusaciones tienen que ver con nexos delincuenciales vinculados a su hermano que evidentemente requerirán de aclaraciones precisas por parte de los señalados. Hoy, Agustín Bonifaz, ya fuera del PRD, está obligado a limpiar su imagen pública para pretender continuar en un nuevo proyecto político, si así se lo permiten los mismos antecedentes curriculares (ni más ni menos) … así las cosas.