WILLIAM CHACÓN / NOTICIAS
El salario mínimo en México incrementará a partir del 1 de diciembre de este año, de 80.04 pesos a 88.36 pesos. Uno de los factores fue el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), considera Gilberto Ruiz Cáceres, docente analista de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).
Aunque es un hecho que ningún trabajador en un empleo formal gana un salario mínimo al día, vale la pena calcular para que alcanzan esos 88 pesos, que el presidente Enrique Peña Nieto considera dignifican el trabajo de los mexicanos.
Antes de presentar el cálculo; en un sondeo realizado en un mercado público de la capital, platicamos con algunas amas de casa para saber cuánto gastan solo en alimentos.
La señora Amparo Jiménez cuenta que acostumbra comprar en el mercado público cada dos o tres días y en cada visita gasta entre 200 y 300 pesos. Compra ingredientes para sus comidas y lo más básico en los abarrotes cerca de su hogar. En su familia son seis adultos y dos niños.
En el caso de la señora Argelia Mijangos, dice que gasta entre 100 y 120 pesos diarios solo para los alimentos. Ella compra cada 10 días en el mercado público y tiendas de abarrotes del centro, además lo que le va haciendo falta lo compra cerca de su casa, por lo que varía su gasto diario. En su familia son cuatro integrantes.
De igual forma, Magaly Jiménez platica que realiza sus compras cada semana en el mercado público. Solo en el mercado gasta entre 350 y 400 pesos en carnes, frutas, verduras y leguminosas. En su familia son cinco integrantes, tres adultos y dos niños.
Aremy Ramírez cuenta que llega al mercado a realizar sus compras dos veces por semana, y en cada ocasión gasta entre 250 y 300 pesos, por lo que gasta alrededor de 100 pesos si fuera diario. En su familia son cuatro integrantes.
Las cuatro entrevistadas también compran algunos alimentos en el supermercado, por lo que su gasto diario se duplica; sin tomar en cuenta lo que invierten en artículos de limpieza, productos de baño, de higiene personal, detergentes y en otras necesidades básicas como la ropa y el calzado.
En los cuatro casos presentados, coincidieron en la necesidad de ingeniárselas para rendir el dinero, variando las comidas entre carnes (pollo, res, cerdo y pescado), frijol, arroz, huevos, verduras y ensaladas. Siempre buscando el mejor precio. Además, economizando en todo lo que conlleva el mantenimiento del hogar, la vestimenta y otras necesidades.