En la Mira / Héctor Estrada
*** Las traiciones verdes en Chiapas
Tremendo nudo de desbarajuste y confusión se vivió la media noche de este lunes en las instalaciones del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) con el registro de la única “candidatura común” para la contienda por el gobierno de Chiapas. Lo que se supondría sería la gran alianza encabezada por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para encausar las aspiraciones de Eduardo Ramírez Aguilar terminó por romperse literalmente de último segundo.
La locura y desconcierto mediático vivido las últimas horas del 19 de febrero no tuvo su origen esa noche. El lío que terminó con cambios drásticos de último momento comenzó el fin de semana pasado cuando, después de que las negociaciones para garantizar la ansiada candidatura de Ramírez Aguilar dentro del PRI-PVEM no prosperaran, se ordenó la salida del PVEM, Chiapas Unido y Mover a Chiapas de la coalición “Todos por Chiapas” y la desintegración de coalición “Por Chiapas al Frente”.
La instrucción fue conformar una numerosa alianza partidista que arropara las aspiraciones de Ramírez a la sucesión de Manuel Velasco Coello. Una posibilidad que se venía advirtiendo desde hace mucho tiempo atrás. Y así sucedió. Pese a los acuerdos nacionales entre el PRI y el Verde realizados la mañana y tarde de este mismo lunes, la dirigencia estatal del PVEM decidió aplicar su última jugada de traición para aparecer al filo de la media noche junto a los representantes del PAN, PRD, Movimiento Ciudadano, Chiapas Unido y Mover a Chiapas a fin de inscribir la candidatura en común.
Al frente del grupo iba Mauricio Mendoza Castañeda, representante legal del Verde y operador de Ramírez. Las sonrisas y abrazos de camaradería parecían confirmar la alianza alternativa soñada para las aspiraciones de Eduardo y su padrino político. Todo fue prácticamente trasmitido en vivo por diversos medios de comunicación que cubrían el acontecimiento. Los representantes de cada partido dieron declaraciones a medios, se acercaron a la mesa de recepción y entregaron el documento de candidatura común. De pronto un mensaje llegó y las cosas volvieron a cambiar.
Fue el propio Mauricio Mendoza, visiblemente desencajado, quien frente a los reporteros y representantes partidistas solicitó cambiar el documento por otro en el que el PVEM ya no se encontraba incluido; y el desconcierto llegó. El tiempo para registro de candidaturas comunes había concluido con una decisión drástica de último momento. El nuevo documento siempre estuvo listo para subsanar cambios inesperados de último minuto a fin de mantener una alternativa posible.
Como tanto se había advertido, finalmente la instrucción había llegado desde la Ciudad de México con una fuerte advertencia al Verde estatal por la traición orquestada en Chiapas y su imposibilidad legal para formalizar una alianza con el PAN. El Verde había quedado fuera de la denominada “gran alianza” que, valga la pena decir, también es acompañada de un futuro incierto, ante los procesos de impugnación (ya en vista de la SCJN) a la figura de candidaturas comunes en Chiapas que podrían terminar por disolverla.
Es justo ahí donde la traición final de Eduardo Ramírez se materializó. Ante a negativa definitiva de las dirigencias nacionales para facilitarle una candidatura común o en coalición. La posibilidad de dar la espalda al PVEM y mover sus intereses al nuevo frente conformado por el PAN, PRD, MC, Chiapas Unido y Mover a Chiapas se ha elevado. El aún dirigente estatal (por que aún no le han aceptado la renuncia) podría sacrificar a su partido en la orfandad para hacer posibles sus sueños de candidatura.
La salida de Ramírez Aguilar significaría también un duro golpe a traición para el resto de los liderazgos del Verde en Chiapas. Y es que, con el aparente retiro del líder estatal también se avizora un inminente intento de desmantelamiento para mudar fuerzas al nuevo frente partidista. Si la intención real es cumplir el capricho de contender al relevo de Manuel Velasco no habrá freno para incentivar una desbandada a donde sea, aunque eso implique que el tan manoseado partido pierda Chiapas y, en una de esas, hasta el registro local… así las cosas.