Héctor Estrada / Columna

En la Mira / Héctor Estrada 

Pese a las críticas y zafarranchos suscitados las últimas semanas, Salario Rosa será sin duda una de las principales apuestas del gobierno de Manuel Velasco Coello para la movilización y condicionamiento del voto durante la contienda del próximo 1 de julio. El programa asistencialista, antes denominado Bienestar de Corazón a Corazón, se encuentra ya en pleno proceso de operación preelectoral tras una fuerte inyección de recursos financieros.

Hasta el año pasado el programa recibía un presupuesto aproximado de 240 millones de pesos anuales. Poco más de 20 millones de pesos mensuales, distribuidos en “apoyos” de 500 pesos mensuales para alrededor de 40 mil mujeres empadronadas. Aunque se trata programa enfocado a madres madres solteras, en la práctica ser madre no es un requisito estrictamente obligatorio para acceder al beneficio.

Las operadoras del programa en las colonias, barrios y ejidos de Chiapas tenían como consigna empadronar a la mayor cantidad de mujeres dispuestas a rellenar eventos gubernamentales y participar en la movilización del voto. Así se hizo durante la contienda de 2015 cuando esas estructuras de mujeres fueron las encargadas de gran parte del proceso.

Salario Rosa no es una fórmula novedosa inventada en Chiapas. Ha sido una de las principales estrategias utilizadas por los gobiernos priistas de los últimos años. Y el ejemplo más reciente tiene que ver justamente con los herederos de Enrique Peña Nieto en el Estado de México. Fue el mismo nombre del programa utilizado por Eruviel Ávila durante las elecciones del año pasado.

Previo a la elecciones, el reparto de tarjetas se disparó de manera descomunal. Fue el programa asistencialista bajo control estatal que mayor presupuesto recibió durante ese año electoral. La condición inicial era entregar copia de credencial elector para recibir el primer pago y comprobar (mediante fotografía) haber votado por el candidato priista para recibir de inmediato el siguiente abono. Fue tal éxito que Alfredo del Mazo, principal beneficiado con la operación del Salario Rosa, decidió mantenerlo como su principal programa asistencialista.

Hoy resulta evidente que Manuel Velasco ha decidido aplicar la misma estrategia en Chiapas. Para ello, además de cambiarle el nombre al programa y llamarlo de la misma forma que en el Estado de México, propició un incremento de 300 por ciento al presupuesto asignado a la dependencia operadora del programa, la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de la Mujeres.

La dependencia pasó de 364 millones en 2017 a 994 millones de pesos este 2018. Fue una de las dependencias estatales que mayor incremento recibió durante el presente año electoral. Y la operación comenzó desde el pasado mes de febrero con el empadronamiento y la entrega de recursos a manos del propio Manuel Velasco, que de manera personal se ha encargado de encabezar la mayoría de las entregas.

El uso electoral de las mujeres será nuevamente una de las principales cartas de Velasco. Un millonario presupuesto anual listo para ser derrochado en menos de dos meses de campañas. Salario Rosa es el peor ejemplo del menoscabo a la dignidad femenina con fines electorales que lamentablemente sólo es posible mediante la complicidad de las beneficiarias… así las cosas.