César Trujillo / Columna

Código  Nucú  / César Trujillo

*** Eterno abandono para damnificados

Cientos de damnificados en Chiapas siguen a la deriva y sin el apoyo de las autoridades. Las promesas vertidas buscan simple impacto mediático de los políticos en turno. Las perspectivas de solución quedan sepultadas con los sueños. Brotan la desesperanza y el descrédito. Las palabras empeñadas de quienes ostentan el poder carecen de todo valor (pero siguen ahí). No hay interés de las cúpulas por dar solución a los problemas. Los bonos y fondos destinados para cubrir las necesidades se hacen humo. Pero esta no es historia nueva. Se ha repetido durante mucho tiempo. Y seguirá siendo así, aunque nos duela.

En la entidad, al menos, podemos evocar cualquiera de las tragedias sucedidas. Todas parecen cortadas con la misma tijera: del huracán Stan al terremoto del 7 de septiembre del año pasado; del colapso de los embovedados por el desborde de los ríos en el barrio San Francisco, y demás colonias, al sismo en la zona Costa de Chiapas o al deslave en Juan de Grijalva. Las historias se repiten. La tragedia se queda ahí en la memoria del pueblo y en la desmemoria de los todopoderosos. El común denominador son los mismos: el abandono y la frivolidad. Se erige la apatía de una clase política que usa el dolor como bandera electoral. Y el resultado es el mismo: un tiempo que avanza y fustiga, y que nos muestra que anteuna eventualidad vivimos sólo con el Jesús en la boca.

El gobierno federal, acuerpado por el de nuestro estado, promete antídotos. Se muestran consternados. Lloran. Afirman que van a atenuar los daños. Se toman las fotos con un pueblo que juega a olvidar por instantes. Pero en el fondo sabemos que nos mienten. Nos han abandonado tantas veces que verlos regresar sirve sólo para no llorar a solas, pienso. Prometen mejoras, techos financieros, fortalecimiento de la economía local y hasta las perlas de la virgen. Y se sientan en sus laureles a esperar que esa hermandad que existe entre los mexicanos, esa que se internacionaliza, aflore y los apoyos lleguen de tantos lados que hasta se dan el lujo de quedarse con muchos de ellos.

Los damnificados siguen en el abandono en todos los casos. Se cansan de pedir, de exigir y de llorar. A la desesperación la suplanta el coraje. Y se quedan en donde siempre han estado: en los pueblos, barrios y calles. Entonces, salen y marchan; se manifiestan. Y lo demás lo sabemos bien. Es la sociedad civil la que termina ubicando apoyos y creando oportunidades, mientras displicente el gobierno observa. Esa es la historia de nuestro estado que ha sucumbido ante la futilidad política y el descaro de las cúpulas. Sí, esa que calla ante las irregularidades en la entrega de los recursos otorgados por el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) porque es parte del mismo mal. Es más, en esas anomalías cabentambién el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) y la propia Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y nadie dice nada.

A los damnificados los ven como gráficas y cifras que les permiten torcer recursos a diestra y siniestra. Los dejan sin la aplicación de programas de reactivación económica y sin ningún tipo de apoyo a quienes perdieron su fuente de ingresos. El abandono es total. Incluso elaboran censos buscando visibilizar la situación de emergencia aunque todo quede en el papeleo y los recursos, si es que se tramitan, nunca aterrizan del todo. Ahora se ha dicho que mañana es probable que los damnificados de Jiquipilas salgan a los tramos carreteros, que tomen las casetas y presionen desde ahí, que ejerzan presión con toda la rabia desbordada esperando que no se le ocurra a las autoridades mandarles a la policía para que los desalojen; buscarán visibilizar el abandono en el que están y que se dejen en claro las promesas no cumplidas. Esperemos que las autoridades volteen a ver a quienes sólo piden lo justo, aunque ante el panorama de este gobierno frívolo no podemos esperar mucho.

Manjar 

Ahora, desde el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) prometen conseguir el "Permiso laboral" para que los padres que trabajan no se pierdan ni un detalle en la educación de sus hijos: esto según la propaganda feisbuquera y mediática que quieren vender como espejitos en la Colonia. Ya antes propusieron algo llamado "El que contamina paga y repara el daño" (entre otras barbaridades) que fue puro jarabe de pico. Claro que todo fue sólo en papel y sin aplicarse a la vida cotidiana. Por eso vemos que en todo el país hay un desastre en materia ambiental. En Chiapas, incluso, los tucanes respaldaron a Proactiva estos seis años desde el gobierno de Manuel Velasco Coello, sin importarles que sea una empresa que ha contaminado severamente los afluentes y que cobra miles de pesos por eso. Quizá, pienso, pugnar porque el Verde desaparezca sea la solución que se requiere realmente. #EsoDigoYo // La recomendación de hoy es Radiografía del periodismo chiapaneco del maestro Ruperto Portela Alvarado y el disco Room on Fire de The Strokes. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

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