Letras Desnudas / Mario Caballero
“El Amigo Migue"
No se entiende la historia reciente de la política mexicana sin las traiciones que en buen día rompieron aquel partido hegemónico, el PRI. De la lectura Del elogio de la traición, un pequeño libro de Denis Jeambar e Yves Raoucaute, se aprende que a veces cierta dosis de traición es necesaria para revitalizar la democracia. De ello se entiende que la lealtad debe justificarse y no entregarse como si fuera un contrato de por vida.
Sin embargo, si cambiar los apegos permite la oxigenación y suaviza los conflictos, es inquietante el oportunismo de los traidores que cambian de casa como cambiarse calcetines. Tal es el caso de Miguel Ángel Córdova Ochoa, un tránsfuga que ha traicionado al gobernador Manuel Velasco Coello después de que éste le dio la oportunidad de ganarse un sueldo para poder darle de comer a su familia.
Quizá por algún malentendido a Miguel Ángel Córdova le apodan “El amigo Migue”. Es originario del municipio La Concordia. Desde hace muchos años es un hombre muy apegado a Juan Sabines Guerrero en cuya primera mitad del gobierno fue diputado local y luego director de la Comisión del Café, dependencia en la que estuvo implicado en muchas sospechas de corrupción.
A pesar de esa cercanía con el exmandatario, la prosperidad y los lujos que hoy presume no los obtuvo en la pasada administración, sino en ésta. Fue Manuel Velasco quien lo rescató de la miseria y el ostracismo. Lo primero que hizo fue convertirlo en secretario de Desarrollo y Participación Social, esa secretaría tan codiciada por el enorme presupuesto que maneja gracias a la mezcla de los gobiernos local y federal.
CORRUPCIÓN EN SEDEPAS
Por SEDEPAS han pasado políticos aviesos como Samuel Toledo Córdova Toledo y Alejandro Gamboa López, que en sus respectivas gestiones cometieron los peores fraudes al amparo del poder omnímodo de Sabines Guerrero.
Cuando Miguel Ángel Córdova asumió la titularidad de Sedepas, en febrero de 2013, lo primero que hizo fue inflar la nómina con sus familiares y compadres que cobraron un jugoso sueldo sin trabajar. Entre éstos estuvieron Ana María Castillejos Castellanos, nuera del amigo Migue, y María José Castillejos Castellanos, hermana de la primera.
En la jefatura de Recursos Humanos colocó a Juan Jiménez Sánchez, que fue conocido por los empleados como “Juan querendón”. De él se cuenta que abusando de su posición y de la amistad con Córdova Ochoa, acosaba a las secretarias con proposiciones indecorosas y castigaba a las que no accedían a cumplirle sus caprichos. Era tanta su concupiscencia que no le importaba si eran o no casadas.
Así, después de ser un simple mapache electoral, un acarreador de votantes, un organizador de eventos políticos, el amigo Migue pasó a excéntrico secretario. Ya no más pobreza y borracheras a punta de caguamas, sino el mejor whisky y las botellas más caras de champán. Ya no más harapos, sino camisas Ralph Lauren, Hermenegildo Zegna o Perry Ellis. A esto hay que agregar la compra de terrenos, ranchos, ganado y camionetas de lujo que logró adquirir con el presunto desvío de recursos de los programas sociales.
Luego de una breve temporada en Sedepas, Córdova dio un salto a la dirigencia estatal del Partido Chiapas Unido. Ese instituto es de Juan Sabines Guerrero y le permite al exgobernador tener injerencia política y seguir pegado al erario de Chiapas.
“El que nunca tuvo y llega a tener, loco se quiere volver”. En sintonía con ese refrán, Córdova Ochoa se sintió poderoso que quiso compararse con el actual mandatario. “Si Velasco pudo, ¿por qué yo no?”, dijo. Fue entonces que emprendió un recorrido por todo el estado en una abierta promoción política personal.
Con la ambición de convertirse en candidato a gobernador de Chiapas, puso a su hijo Emmanuel de Jesús Córdova García a cargo del manejo de las fianzas del partido. Mientras su vástago administraba a su antojo los casi 400 mil pesos mensuales que recibe de financiamiento público, el padre andaba de campaña por los municipios abrazando niños, consolando a las ancianitas y retratándose junto a los lacandones.
No conforme con los recursos propios de la institución, se dijo que Miguel Ángel Córdova desvió dinero de Sedepas para financiar al partido. Quienes lo apoyaron fueron los mismos que operaron los desfalcos en el tiempo que él fue titular.
Amado Guillén Reyes fue su mano derecha, y a la salida de Córdova fue éste quien quedó encargado del despacho de la Secretaría. Según los propios trabajadores, Guillén los obligaba a repartir todo tipo de anuncios publicitarios a nombre de ‘Chiapas Unido’, ya sea lonas, playeras, gorras y demás artículos. Asimismo, eran forzados a participar en horas laborales en las campañas de afiliación del partido e incluso dentro de las oficinas de la dependencia estatal.
Cuentan que los compadres que Miguel Ángel Córdova mantuvo en el organismo ofrecían plazas a las damas que aceptaban complacer sus deseos libidinosos.
Durante las elecciones de 2015, no sólo fue dinero lo que se sustrajo de la dependencia, también recursos humanos y materiales. Directivos y empleados de confianza fueron comisionados para que estuvieran de planta apoyando a los candidatos de Chiapas Unido. Gran parte del parque vehicular fue utilizado en las campañas. El amigo Migue hizo de Sepadas su feudo, y vaya que logró sacarle provecho.
FAMILIA CACIQUIL
En esos comicios el amigo Migue hizo candidato a la presidencia municipal de La Concordia a su hijo Emmanuel Córdova García. En el tiempo de campaña se denunció que en la entrada del municipio, zona conocida como El zapotal, hombres armados detenían a todos los automovilistas con el pretexto de revisar si no estaban traficando armas o drogas. Pero lo que hacían era amenazarlos: “Emmanuel es nuestro candidato. Ahí les encargamos”. Las autoridades sabían de ese retén criminal, y nunca hicieron nada.
Miguel Ángel Córdova gobernó ese municipio de 2002 a 2004 con muy malos resultados, pero la gestión de su hijo Emmanuel ha sido mucho peor, pues en ella reina la corrupción, ingobernabilidad, nepotismo, abuso de poder y una anarquía terrible.
Es del conocimiento público la adicción al alcohol y a las drogas del alcalde Córdova García, por lo que sido internado en centros de rehabilitación en varias ocasiones. Y ante la ausencia de éste, es el padre quien gobierna el pueblo concordeño desde Tuxtla Gutiérrez. Empero, cuando el “junior” no está rehabilitándose, no sale de las carreras de caballos y de los antros de la capital chiapaneca.
Dicen los pobladores que el presidente municipal todo el tiempo anda empistolado, y que el grupo armado que siempre lo acompaña tiene intimidado a líderes campesinos, sociales y a sus opositores políticos.
En el festín de rapiña se habla de que la nómina del ayuntamiento está plagada de aviadores, pues ésta pasó de tener una plantilla de 280 trabajadores a 550 a partir de 2015. Y tanto el padre como el hijo han sido señalados de desviar más de 146 millones de pesos nada más del presupuesto de 2016 que estaba destinado para la obra pública en los barrios, colonias de la cabecera municipal y las comunidades.
A finales de diciembre de 2017, varias organizaciones solicitaron al Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado una investigación a la administración de Emmanuel Córdova, especialmente por la sustracción de los fondos para la reparación de los daños del sismo del 7 de septiembre. Se piensa que esos recursos serán utilizados para beneficiar políticamente a Miguel Ángel Córdova García, hijo menor del amigo Migue que éste quiere imponer en la presidencia municipal.
UNA DIPUTACIÓN Y UNA ALCALDÍA
Miguel Ángel Córdova Ochoa ha dado pruebas de que puede hacer con el partido de Juan Sabines lo que le da la gana. Se cree también con el derecho de perpetuar en el poder a sus hijos y que puede hacer de ese municipio un negocio familiar. Si antes de este gobierno era un pobretón que no tenía ni para comer, ahora es un millonario que está negociando con otros partidos dos candidaturas, una diputación local para Emmanuel y una presidencia municipal para Miguel Ángel. ¿Hasta cuándo? ¡Chao!
@_MarioCaballero