Letras Desnudas / Mario Caballero
*** DÉSPOTA, ARBITRARIA E INCONGRUENTE
Están rodeados de parásitos. De una corte de subalternos que viven para satisfacerles su egolatría. No se tienen que preocupar de asuntos tan mundanos como ir a pagar el recibo de luz o comprar la despensa. Cuando necesitan algo, levantan el teléfono y lo consiguen. Doquiera que van los sigue un equipo de seguridad. Tienen poder. Algunos más y otros menos. Y les encanta. Lo gozan. Por eso lo utilizan. Me refiero a los políticos que nos gobiernan.
El problema es cuando el poder les nubla la razón. Cuando creen que el poder de la oficina que representan los sigue hasta al ámbito personal. Cuando se sienten súperhumanos: dioses terrenales que no merecemos.
Es lo que le pasó a Veranda Guadalupe Ramírez Coronado, coordinadora general de Recursos Humanos en la Secretaría de Hacienda estatal, quien se siente intocable, capaz de destruir lo que le venga en gana, una funcionaria todopoderosa que puede jugar con la vida de las personas o, más bien, con la vida de los trabajadores del Gobierno del Estado a los que maltrata, insulta, despide sin razón.
Veranda, cuyo nombre significa balcón cerrado o espacio cubierto a la salida de un edificio, fue parte del equipo de transición del gobernador Rutilio Escandón Cadenas.
Es la misma funcionaria que el 25 de noviembre de 2015 recibió una amonestación privada a través de un Procedimiento de Responsabilidad Administrativa promovido por la Contraloría Interna del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Chiapas que la halló responsable de diversas irregularidades en su desempeño como analista profesional adscrita a la Dirección de Tesorería y Contabilidad. El número de expediente es el 105/2015.
Así es y así ha sido. No cumple la normatividad porque ella está por arriba de las reglas.
SEÑALAMIENTOS
“Balcón techado” Ramírez Coronado, desde el comienzo de su gestión, se ha visto envuelta en diversos escándalos que tienen que ver con el abuso de autoridad.
En enero de 2019, un grupo de trabajadores denunció una serie de despidos injustificados ordenados por la oficina que ella ostenta. Sus víctimas principales son los que tienen mayor antigüedad en la burocracia estatal.
Ese es el primer señalamiento. Otro es que Ramírez Coronado comanda una red de complicidades en dicho organismo público con el cual opera los despidos para colocar en los puestos vacantes a sus familiares, amistades y compadres.
El método que utiliza es el acoso. Empieza por imponer horarios o asignar labores que no son parte de las obligaciones contractuales de los trabajadores. O los envía a otras dependencias mediante oficios de comisión donde les comunican que su comisión tiene un periodo de pocas semanas, quizá de meses, y después quedan desempleados.
A otros les pide que renuncien voluntariamente con la promesa de que los volverá a contratar. Pero es un engaño. Les dice que se trata de una estrategia para poder elevarles el sueldo o que es algo normal en los cambios de gobierno. Sin embargo, una vez firmada la renuncia les expresa que es imposible recontratarlos.
A Veranda Ramírez no le ha importado si esos trabajadores eran madres solteras o mujeres embarazadas, si tenían un hijo o un padre enfermo, si estaban recibiendo tratamiento médico o estaban programados para alguna cirugía. Injustificadamente, ha dejado a decenas de familias sin empleo y sin el sustento diario. Mientras ella disfruta de un sustancioso sueldo y de diversos beneficios.
Uno de sus principales cómplices es su sobrino, quien ingresó a la Secretaría de Hacienda por nepotismo y tráfico de influencias. Su poderosa tía lo ubicó en un puesto de alto nivel, en el que cobra un jugoso salario. Es el encargado de hacer el trabajo sucio, el que hostiga a los trabajadores, el que los amenaza, el que ejecuta los despidos.
Todo este tipo de delitos se cometen a espaldas del secretario Javier Jiménez.
En febrero de 2019, veintitrés trabajadores que pertenecían a la Secretaria de la Frontera Sur quedaron en incertidumbre laboral dado que dicha dependencia sufrió una fusión con otra entidad estatal. Dijeron que Veranda llegó con ellos el 21 de ese mismo mes acompañada de su séquito de alcahuetes para pedirles su renuncia voluntaria, sin darles opción de nada. Sí, sin finiquito, sin liquidación y sin las prestaciones legales que les correspondían.
En junio reciente, envió la circular SH/CGRH/0013/2020 en la que informaba de la suspensión de labores en el Gobierno de Chiapas por la emergencia sanitaria por coronavirus. No obstante, bajo la amenaza de despedirlos, obligó a un grupo de empleados que laboran en la Torre Chiapas a llegar a sus puestos de trabajo en el piso 14, y sin brindarles material y equipo de seguridad. No es todo. Pues ese lugar, como resultado de la pandemia, estuvo careciendo de agua en los sanitarios y del servicio de aire acondicionado, lo que los ponía en riesgo de contraer la enfermedad.
Por otro lado, trabajadores de la Secretaría de Hacienda denunciaron que les envía comisiones sin ser requeridos por los titulares de los organismos. Asimismo, acusan que les condiciona derechos como las vacaciones y se niega la mayoría de las veces a firmar las incapacidades.
La situación empeora. Aseguran que les levanta actas administrativas por cualquier motivo y si se niegan a firmarla les arma un expediente para despedirlos.
Desde hace varios meses esta funcionaria ha sido acusada de malversar el recurso de la Caja de Ahorro de los burócratas, que cuenta con más de 460 millones de pesos. Se dice que utiliza ese dinero para sus caprichos: tapiza sus muebles, decora su oficina, compra papelería, galletas, café y lo que le plazca.
No contenta con eso, autoriza préstamos a sus allegados sin respetar las reglas de operación. Por ejemplo, a Roger Champó Guillén, su amigo, le autorizó un préstamo por 40 mil pesos, según Pagaré Único 0419-01367. Pero éste renunció al cargo y ella canceló la deuda enviándola a “cartera vencida”.
En días recientes, en plena pandemia, realizó una fiesta de disfraces a la que acudieron decenas de personas, donde no guardaron la sana distancia y no hicieron uso del cubrebocas. En otras palabras, no cumplió las medidas determinadas por el Gobierno del Estado.
Reprobable es su falta de congruencia y responsabilidad. Pues ella es la encargada de emitir las circulares en las que se establece a los trabajadores del Estado a guardar y respetar las medidas de prevención y contención del contagio. Y ella misma firmó la circular SH/CGRH/0032/2020, de fecha 29 de octubre de 2020, que dispone la cancelación de reuniones y fiestas por motivo del Día de Muertos.
DESTITUCIÓN: LA EXIGENCIA
El gobernador Rutilio Escandón ha luchado por erigir un gobierno honesto, humanitario, responsable y comprometido con las causas de los chiapanecos, pero las acciones de este tipo de funcionarios manchan su buena administración.
Veranda Ramírez debe ser separada del cargo. La Secretaría de la Función Pública tiene la obligación de investigarla por desacato, corrupción y abuso de funciones.
Los sueños guajiros suelen caerse como los castillos de naipes. Veranda dice que nadie puede tocarla porque es protegida por Humberto Pedrero Moreno, actual director de Administración y Finanzas del IMSS y secretario de Hacienda en el gobierno de Manuel Velasco Coello. Ya veremos si esa relación seguirá siendo su visa de impunidad. ¡Chao!
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