Letras Desnudas / Mario Caballero
*** ¡Qué asco!
Igual como muchos profesionistas chiapanecos, la Universidad Autónoma de Chiapas es mi alma máter. Ahí estudié, me preparé para la vida laboral y por algún tiempo fui docente. Por lo mismo, me duele lo que en ella ha pasado y está pasando. Rectores van, rectores vienen y cada día es mayor su desprestigio.
Cada rector en turno la ha utilizado para alimentar sus intereses políticos o económicos. La saquean, la usan para darles puestos a sus familiares, para sacar dividendos con la venta de las plazas, pero nada hay respecto a la mejora de la calidad educativa. Por eso nunca la hemos visto figurar entre las mejores universidades del país, y si de vez en cuando tenemos noticias de ella es por estar implicada en casos de corrupción, como sucedió hace algunos años en la que fue señalada por participar en el mayor caso de defraudación de recursos públicos de la época moderna conocido como la Estafa Maestra.
El escándalo actual es la reelección de Carlos Natarén Nandayapa, quien por diversas y reproblables razones no merece un periodo más en la rectoría. Ha sido un rector ruin y pillo. Por tal motivo, enumeraré algunas de estas razones para que usted misma y usted mismo se haga una opinión respecto a por qué no merece repetir en el cargo y por qué a mí su sola intención, como dice el título de esta columna, me parece un asco.
RAZONES
Una. Se conoce que Carlos Natarén llegó a la rectoría de la Unach no por méritos profesionales, sino más bien por influencias de un exfuncionario federal.
Todos estos años, y situación que él no ha podido ocultar ni desmentir, es que su gran padrino fue Santiago Nieto, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera del Servicio de Administración Tributaria (SAT), quien fuera despedido del cargo después de haber violentado con su suntuosa boda en Guatemala el discurso de austeridad del presidente López Obrador y de la Cuarta Transformación. Desde entonces, Natarén quedó huérfano de respaldo político. Lo cual nos lleva a la segunda razón, no menor en importancia.
Dos. El rector Carlos Faustino Natarén está en el supuesto delito de usurpación de grado académico. En su currículum se lee que cuenta con la licenciatura en Derecho, con el número de cédula profesional 2656502, pero también menciona que tiene una especialidad en Derecho Constitucional y Ciencia Política y un doctorado en Derecho Procesal por la prestigiosa Universidad Complutense, en Madrid, España.
Sin embargo, según el Registro Nacional de Profesionistas sólo aparece con mencionada licenciatura, pero no con el doctorado. Es más, ¿cómo es que tiene un doctorado sin cursar antes una maestría? Y ¿cómo es que la Secretaría Académica y la Junta de Gobierno de la Unach no se dieron cuenta de ello? ¿Error o complicidad?
Según el Artículo 250 del Código Penal Federal, Natarén podría ser sancionado por el delito de usurpación de grados académicos.
Tres. En referencia a estas dos primeras razones, ¿por qué motivo podría la comunidad unachense haber esperado un rectorado a la altura de las expectativas y necesidades de la institución por parte de Natarén? Simplemente, no podía.
Como suele suceder en casos así, alguien que llega a través de la imposición y por complicidades del poder, y además falseando su currículum, jamás será un digno representante y vigilante de los intereses de la dependencia, en este caso de la Unach.
Esto, sin lugar a dudas, ha pesado en el desprestigio de la universidad, que durante los casi cuatro años de gestión de Carlos Natarén no ha mostrado un avance en la calidad de la enseñanza, en la actualización de los planes de estudio, en el mérito académico. En pocas palabras, la máxima casa de estudios de Chiapas sigue siendo una institución educativa del montón, sin rumbo y, peor todavía, con escándalos de corrupción y múltiples arbitrariedades en contra de los estudiantes, administrativos y profesorado. Lo que nos lleva al siguiente punto.
Cuatro. Entre esas arbitrariedades están los despidos injustificados de alrededor de 500 docentes. Motivo por el cual la universidad ha enfrentado o enfrenta más de 300 litigios. A pesar de ello, 171 trabajadores han sido desojados de sus cargos bajo falsas renuncias voluntarias y sin ninguna garantía legal y económica.
Cinco. Carlos Natarén tiene parte de responsabilidad en el feminicidio de la pasante de medicina Mariana Sánchez Dávalos, quien sufría acoso sexual, abuso sexual y amenazas de muerte en la comunidad Nueva Palestina, municipio de Ocosingo, donde prestaba su servicio social. Ella buscó en varias ocasiones ser trasladada a otro lugar, pero ninguna autoridad universitaria le hizo caso. La situación llegó a oídos y al escritorio del mismo rector, pero éste tampoco hizo nada por atenderla. El 21 de enero de 2021, Mariana fue asesinada y la madre, Lourdes Dávalos Abrego, murió sin recibir justicia por el atroz crimen que pudo ser evitado.
El 28 de marzo de ese año, para evitar más cuestionamientos, el rector pidió disculpas públicas y terminó por renunciar a la directora de la Facultad de Medicina Humana, Ana María Flores García.
Seis. Muchas de las plazas que quedaron vacantes después del despido injustificado en masa, el rector las asignó a sus incondicionales, entre ellos sus amigos provenientes de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).
Siete. De acuerdo con el Artículo 48 de la Constitución Política del Estado de Chiapas, Natarén Nandayapa no tiene facultades para presentar iniciativas de ley o decretos; sin embargo, en febrero de 2020 logró que fuera aprobada la nueva Ley Orgánica de la Unach, promovida por él y en la que dispuso en el Artículo 16 de la misma que la rectoría sería la máxima autoridad de la universidad, inclusive por arriba de la Junta de Gobierno y del Consejo Universitario. Con ello, imposibilita que otros órganos de la institución se opongan a sus arbitrarias decisiones.
No es todo. Estableció que los aspirantes a ocupar la rectoría tengan cinco años de servicio activo en la universidad. Esto con la finalidad de evitar que gente de fuera de la entidad educativa, quizá más comprometida, capaz y de mayor prestigio, pueda postularse al cargo y así él pudiera ensanchar sus posibilidades de reelección.
Ocho. Trasciende que el supuesto apoyo que recibió en días recientes a su propuesta de reelección fue financiada con recursos de la Unach, con los que pagó acarreados y los hospedó en el lujoso Hotel Marriot.
Nueve. Gana más que el presidente de la República. Mientras AMLO obtiene un sueldo mensual de poco más de 112 mil pesos, Natarén Nandayapa gana oficialmente 35 mil 4 pesos, más otros 81 mil 482 por nómina confidencial. Lo que da una suma de 116 mil 486 pesos.
COROLARIO
Con estos antecedentes, Carlos Natarén Nandayapa demuestra que su ambición por repetir en la rectoría otros cuatro años es para seguir disfrutando de los privilegios del puesto y ser intocable. Porque a todo esto se dice que ha provocado un desfalco para la institución por arriba de los 500 millones de pesos. Ahí el motivo de que en fechas recientes se haya reunido con David Colmenares, auditor superior de la Federación. Es decir, ante la falta de su ex poderoso amigo Santiago Nieto está buscando impunidad en otro lado.
¡Qué asco!
@_MarioCaballero