Código Nucú / César Trujillo
*** Chiapas, sexto en corrupción
La corrupción y la impunidad, en nuestro país, han permeado todo tipo de estructuras. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha estimado que el costo de estos males oscila en los 1.6 mil millones de pesos, tan sólo con los trámites o solicitudes de servicio durante 2016. En la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas (ENCRIGE) del año pasado, Chiapas figura con el 88.5 por ciento ubicándose como la sexta entidad más corrupta del país, por debajo de Tabasco, Veracruz, Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco.
Basta ver las denuncias que pululan en las redes sociales sobre Chiapas para darnos cuenta del tipo de estado en el que vivimos: uno sumido en la pobreza y pobreza extrema, con serios problemas de ingobernabilidad, con desabasto de medicamentos, inauguración de nosocomios sin funcionar, adeudos a profesores y a proveedores, desvío del dinero de los jubilados, obras inconclusas, ecocidio respaldado, sin alerta de género funcional, con cientos de aviadores sangrando la nómina y un despilfarro en publicidad e imagen, etcétera, etcétera.
Por eso, pese a que los especialistas afirman que el lugar de Chiapas en el top ten de los estados más corruptos se debe en parte a que es una entidad con ingresos menores, obligando a las empresas a hacer uso del soborno para agilizar sus trámites, debemos acentuar que las mismas brechas de desigualdad terminan siendo factor preponderante en este tipo de cuestiones.
En diciembre de 2016, por ejemplo, la revista Proceso documentó que el Inegi consideraba que después de la inseguridad y la delincuencia, la corrupción era el segundo problema que más preocupaba a la población mexicana, por encima del desempleo y la pobreza. Y esto no debe haber cambiado mucho tomando en cuenta el tipo de país en el que vivimos y que se ha convertido en un paraíso para los corruptos, a los que de acuerdo a su estrato social les destinan el premio o castigo.
Por ello, si a nivel nacional siguen dejando como pendiente el asunto del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que se supone sería una instancia de coordinación entre autoridades de todos los órdenes del gobierno, creada el 27 de mayo de 2015 con la publicación de la reforma constitucional, ¿qué podemos esperar en un estado como Chiapas donde el Ejecutivo mantiene sometidos a los poderes Legislativo y Judicial?
Se había dicho que el famoso Sistema Nacional Anticorrupción sería presidido por los ciudadanos y que éste serviría a la sociedad. Lo pintaron bonito, como las fotos alteradas de los políticos en las portadas de las revistas. Sin embargo, era demasiado bueno para ser real. A la clase política no le conviene crear instituciones fuertes y autónomas que se encarguen de prevenir y castigar la corrupción. Mucho menos eliminar los trámites innecesarios y hacer que las contrataciones y obras públicas se realicen con total transparencia. Sería asesinar a la gallina de los huevos de oro.
Si a este asunto de la corrupción le sumamos el descrédito de los gobiernos municipales y el del Ejecutivo que ha tenido, desde su arribo a la fecha, un pésimo desempeño, tendremos que estamos inmersos en un estado caótico, sin miras al desarrollo y con tendencias claras a seguir incrementando su porcentaje de pobres: esa fábrica que ha permitido mantener a una clase política parasitaria incrustada en el poder.
En pleno siglo XXI es la corrupción el principal mal que tuerce todo lo que toca y el mismo que tiene ya a nuestro país entre los más corruptos de toda Latinoamérica. Chiapas requiere de una nueva forma de hacer política y en esa debemos participar todos los ciudadanos. De lo contrario, seguiremos siendo cómplices de poner a la entidad sobre una charola que es mordida ferozmente, sexenio tras sexenio, por los mismos apellidos y las mismas mañas.
Manjar
El diputado local, Carlos Penagos Vargas, será el alfil del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) rumbo a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez en el 2018. El espaldarazo en su informe, donde prevaleció el clásico acarreo, dio la lectura. Sin embargo, asegurar que será el próximo alcalde y que pasará como cuchillo en mantequilla es algo descabellado. Y no lo digo por los oponentes, sino porque, como decía el periodista Rodrigo Ramón Aquino en su Palestra: no son buenos tiempos para el verdeecologismo y los errores acumulados. #Yaveremos // La recomendación de hoy es “El señor presidente” de Miguel Ángel Asturias y el disco “Mujeres” de Silvio Rodríguez. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
@C_T1
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César Trujillo
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