Héctor Estrada / Columna

En la Mira / Héctor Estrada

Meade y la derrota anticipada de Manuel Velasco

Desde “Los Pinos” los acuerdos para Chiapas parecen comenzar a fraguarse; Manuel Velasco ha aceptado finalmente acatar las indicaciones de la cúpula priista para el relevo federal y estatal que se aproxima en 2018. Es parte del cierre de filas en torno a la candidatura presidencial de José Antonio Meade en donde al Verde Ecologista no le quedará de otra que secundar las decisiones tricolores.

La reunión crucial de este fin de semana con la militancia, los principales liderazgos partidistas y los “gobernadores priistas” (como precisó el propio Meade su publicación de twitter) ha comenzado a definir líneas de operación política en torno al proyecto electoral del PRI para mantener la presidencia de la república, luego de la desastrosa administración de Enrique Peña Nieto.

Ahí, entre “los priistas” estaba el gobernador de Chiapas; serio y hasta desencajado, fingiendo una beneplácito poco convincente. Finalmente, estaba siendo testigo de la consumación del proyecto antagonista al que él le había apostado todas las cartas durante su sexenio. Estaba frente a su más dolorosa derrota política, de las tantas que inminentemente están por venir.

Y para muestra del mal rato ahí quedaron para la posteridad la fotos oficiales del encuentro. El rostro desencajado de Velasco Coello, perdido entre el resto de la algarabía priista era más que evidente. En las imágenes luce francamente relegado, por decisión personal o determinación de los organizadores, lejos del protagonismo que hace años era una constante en los eventos de la cúpula federal.

No fue fortuita la visita de Enrique Peña sólo un día después de la reunión con José Antonio Meade en la Ciudad de México. Manuel Velasco está en el momento justo para buscar congraciarse con el Presidente de la República y el grupo que ahora ha encaminado toda la artillería oficial a favor de Meade. El precandidato priista sabe perfectamente que en Chiapas las lealtades son débiles.

La presencia de Peña Nieto en Chiapas tuvo como objetivo algo más que inaugurar por enésima vez el nuevo Hospital General del ISSSTE. Estuvo aquí para definir acuerdos y establecer línea política. Los rumores que desde Chiapas se empoderan rebeliones locales para generar divorcios que afectarán al proyecto de alianza presidencial suenan fuerte y no son del agrado de Peña, Videgaray y Meade.

Por eso la cara desencajada de Velasco en el evento priista, la visita de Enrique Peña y las fotos incómodas con personajes como Roberto Albores Gleason y Willy Ochoa que, a diferencia de Velasco Coello, sí lucían entusiasmados con la inminente candidatura de Meade. Al desafortunado gobernador chiapaneco no le ha quedado de otra que alinearse y aceptar acatar las determinaciones del equipo que ahora impulsa la candidatura del ex secretario de Hacienda. 

Ahí no tienen cabida ya figuras de la política local como Eduardo Ramírez Aguilar quien, por cierto, este lunes sufrió un duro revés con la derrota de su candidato a presidir el Colegio de Notarios Chiapanecos. El desplome del aún presidente estatal del PVEM parece comenzar a sentirse ante un escenario adverso en el que ha quedado prácticamente fuera de proyecto electoral priista.

Las definiciones y el cierre de filas en torno al proyecto de José Antonio Meade, ante al que ya han cedido otros figuras como Ivonne Ortega Pacheco, ha dejado al único gobernador verde del país en un callejón sin salida donde no quedará de otra que “jugar a las complacencias” para, al menos, tener elementos de negociación durante el ocaso de su sexenio… así las cosas.