Héctor Estrada / Columna

En la Mira / Héctor Estrada 

Manuel Velasco ¿El peor gobernador de Chiapas?

La sentencia popular se ha vuelto tan recurrente entre las conversaciones y comentarios casuales, cargados de innegable encono social, que pareciera no dejar espacio a las dudas. ¿Será cierto que Manuel Velasco Coello es ya el peor gobernador que la entidad chiapaneca ha tenido al menos durante la historia reciente?

Y es que, el estigma -aparentemente muy prematuro- luce un poco aventurado, tomando en cuenta que detrás del actual mandatario existe una larga lista de cuestionables gobernantes que bastante daño hicieron a una entidad tan lastimada como Chiapas. ¿Por qué entonces tan mala percepción ciudadana del actual gobierno? ¿Por qué tanto repudio casi generalizado?

El “Mural de la Ignominia”, anunciado este martes por el reconocido artista chiapaneco Robertoni Gómez, plantea justamente una síntesis gráfica de eso: del desastre, del abuso, el agravio y el fracaso gubernamental que se han vuelto sentimientos latentes entre la población chiapaneca. Lo expuesto por la obra es innegablemente duro para la imagen presente y futura de Velasco Coello.

El rostro de Manuel Velasco en el cuerpo de una bestia pisoteando emblemas de la entidad chiapaneca no requiere explicación mayor que el mensaje evidente. Es visualmente fuerte, sobre todo para tratarse de una obra artística que dejará retratado el “legado” de un mandatario en el peor de los ocasos. El “Mural de la Ignominia” es una denuncia pública que sale de lo habitual, que hace menos revuelta, pero seguramente lastima más la vanidad política.

La protesta de Robertoni Gómez no debe tomarse a la ligera. Más allá de los gustos, filias y fobias sobre la apreciación de su arte, Gómez es hoy uno de los dos mejores escultores vivos en la entidad chiapaneca. Es miembro de un grupo selecto de artistas chiapanecos reconocidos, mentores de las nuevas generaciones, que (les guste o no a muchos) tiene autoridad en la materia. Por eso su denuncia artística pesa.

Lo que comenzó como un conflicto por el pago de un emblemático mural en el Museo del Café de Tuxtla Gutiérrez ha terminado de abrir una “caja de pandora” que era evidente, pero pocos se atrevían a señalar públicamente: una profunda crisis en el apoyo o reconocimiento real (no paliativo) a los artistas chiapanecos. Desde la llegada de Velasco Coello la producción y adquisición de obras para uso público se ha desplomado.

A los más importantes creadores chiapanecos se les ha mantenido “entretenidos” con la impartición de talleres temporales y promesas tramposas, como si de caridad se tratara. Se les ha engañado, maltratado, olvidado y sumido en una de sus peores crisis, tal como ha sucedido con el resto de los sectores en la entidad. Por eso esta denuncia parece tan comprensible y empática para quienes, incluso, no están familiarizados con el arte.

Finalmente, para los creadores no existe mejor forma de expresar sus emociones que con el arte mismo. El “Mural de la Ignominia” será concluido este sábado para ser puesto en exposición frente a Palacio de Gobierno. Tiene una dimensión de 1.70 metros cuadrados, compuesto por 24 tablillas de arcilla, de 25 por 25 centímetros cada una.

Después de mantenerse expuesto al público en general en el corazón de la capital estatal, comenzará un recorrido por la entidad que iniciará en San Cristóbal de las Casas, como un testimonio artístico del gobierno que se extingue, una memoria gráfica permanente del legado de Velasco Coello y su administración; una obra que seguramente dolerá al referido mucho más allá de su sexenio… así las cosas.