Que más pue... / Carlos Rafael Coutiño Camacho
La traición a cambio del pellejo
Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas con la idea de que eso afianzaría su amistad. El águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol.
Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayó sobre las zarzas, se llevó a los zorruelos, y entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete. Regresó la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños.
Mas no pasó mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevó una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido.
Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían volar, los cuales cayeron al suelo. Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoró a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga.
En efecto, la traición de Manuel Velasco hacia sus “amigos”, logró ponerlos en una situación compleja, el problema; es que ha decidido entregar la gubernatura al PRI a costa de que no ser encarcelado, pero no porque el gobierno le interese castigar por el daño que causó a los chiapanecos, sino porque son intereses de arriba sobre los de abajo.
Velasco Coello, no entiende que es un gobierno de República, menos entiende que quien manda es la federación por más que sea injusto, el mandatario estatal, es una imposición y tiene que pagar por su llegada al poder local.
La sucesión no está a discusión, lo que sí, es el hecho de que si no cumple con el monto millonario que debe al poder (grupo Atlacomulco) entonces sí irá a la cárcel o peor aún, el castigo será determinante con los grupos delictivos que operan dentro del mismo poder.
Es bastante difícil que Manuel Velasco haga las cosas bien, pero más complicado es el no poder hacer lo necesario, jugó a quedar bien con Dios y con el diablo, pero quien sirve a dos amos, con uno queda mal, por eso si llega Andrés Manuel, será hostigado hasta que sancione al gobierno del güero.
Si llega el PRI, de igual forma porque éste traicionó al tricolor con su idea estúpida de cuidar sus espaldas desde el área local, cuando debió hacerlo desde el nacional como lo hicieron los otros gobernadores.
El hecho de que Roberto Albores llegue no significa que hará un trabajo bueno, es claro lo que opinan muchos y adelantan que será de terror, pero también lo será para Manuel quien tendrá que huir por piernas para no ser quizá encarcelado y humillado frente a quienes hoy dicen viva el rey y mañana muera el rey.
Los enemigos son todos, para el gobernador; ni siquiera el bala, Castellanos o los otros que están a su lado, son la mejor opción, pues basta una orden nacional, para aquí acatarla tal como ocurrió con Robledo Rincón, que se dijo se va y se fue; por eso, la falta de criterio y de raciocinio político, lo ha llevado a morir de miedo como ocurrió cuando le picó la abeja.
Una abeja real, que él sabe perfectamente que, si un insignificante animal pudo llevarlo a la tumba, que podrá hacer el poder mismo con su persona. La traición se paga con traición y así será el destino del ahora mandatario.
No es la primera ocasión que juega de esa forma, lo ha hecho en muchas ocasiones, usando a la Procuraduría para tales fines, no se vale que juegue con sentimientos, con quienes él mismo dice son sus amigos, quizá hasta lo haga con él mismo y con su familia a quien dice respetar.
Manuel Velasco, es un hombre que traiciona constantemente, se aprovecha de todo, no tiene la capacidad de ser maquiavélico, pero si de un demonio cualquiera, ahora quienes más están seguros de pagar todo el daño al pueblo, más que el mismo gobernador, serán los funcionarios, porque el hilo, siempre se rompe por lo más delgado.
Habrá que citar el nombre en primera instancia del de Salud, Pancho Ortega Farrera, que habrá de preguntarse en que momento se olvidó que tenía hijos y que ellos verán la vergüenza que caerá sobre su cabeza, lo mismo con Educación y de otros más, que tendrán que delatar al güero para intentar salvarse un poco del infierno que les espera y con ello justificar quizá su estancia en el purgatorio político legal.
En cuanto al Verde, es lamentable que se haya dividido, muchos se fueron antes, otros más se crearon pugnas como el edil de Tuxtla contra los otros que terminó siendo pieza clave para el desequilibrio interno y fortalecimiento de los enemigos cercanos como el PRI y quienes están deseosos de acabarlos como personas y no como instituto político.
Lo que viene, está más que cantado, pero el problema es que estarán en las faldas de mama (el pueblo) para que sean ellos quienes reciban los golpes primero, al final caerán, pero caerán uno a uno.