Carlos Rafael Coutiño Camacho

Que más pue... / Carlos Rafael Coutiño Camacho

1.- Chiapas y el oro que falta saquear.

2.- Constitución y libro de historietas.

Las aspiraciones de quienes desean ocupar el cargo de gobernador son válidas si se toma como un derecho, pero cuando se observa como una forma de debilitamiento de grupos en pugna y el deseo de mantener el poder como lo intenta Manuel Velasco, entonces las cosas cambian.

No es creíble, observar como 15 aspirantes intentan llegar a ocupar la silla de palacio de gobierno; aunque solo estarán 5 en la contienda real; hoy están con fundaciones, con fuerza ciudadana, caminando solos, en fin, una serie de acciones que demuestran que nadie los quiere, pero que ellos piensan que el pueblo está con ellos.

La gubernatura de Chiapas, como algunas presidencias, deberían de observarse en realidad como si nadie quiera tenerla en sus manos, pues están en ceros, deudas nunca vistas, problemas de todo tipo; aún así el pleito es fuerte por llegar a esos lugares.

Todos hablan de que el pueblo está con ellos, hablan como si nadie más existiera como aspirante, engloban tanto que terminan por no tener nada y no ser nada. La pregunta es quien les dio permiso para hablar por nosotros, quien les autoriza decir que ellos son la representación de los 5 millones y medio de ciudadanos que los quiere.

Aunque se justifica ante el sofisma que se presenta ante la clase social baja y media, que aún intenta entender que lo que un político dice, es real y aún más, vivir en la inopia que solo demuestra ese desdén del político ante la ignorancia del pueblo que intenta gobernar o aplastar con sus acciones.

Quien es el mejor o menos peor para gobernar a Chiapas, eso nadie lo sabe, ni siquiera ellos mismos; pues las cosas cambian cuando están al frente de la primera magistratura; ellos se dan cuenta que sus buenas intenciones no son más que eso y que hay que responder a los intereses de los de arriba, como el grupo Atlacomulco, en algunos casos a la delincuencia organizada, otros más al partido que los postuló, pero también a sectores empresariales.

Nada es fácil, un gobernador no se manda solo, aunque si actúa cuando siente la presión y tiene dos opciones una de ellas el de asesinar para quitarse el problema de tajo y el otro el comprar conciencias con dinero, para que dejen de molestar, siempre y cuando se reconozca que todos tenemos un precio, que no necesariamente es económico.

Es bueno preguntar, quien gana con los procesos electorales, en este caso ganan los partidos como los gobiernos, las elecciones son una falacia más. Todo es circo para atender una palabra inventada a modo que es la democracia, habrá que revisar la historia y nunca aparece una acción de poder del pueblo.

Desde la época de los egipcios y romanos, la opresión se observa, esa misma faceta se ha dado hasta la actualidad, se sigue tropezando con los mismos errores, se sigue pensando igual y actuando igual.

Hay que considerar que la única forma de evitar riqueza a los partidos y sacar a quienes son enemigos de la sociedad, es no votando, un voto significa dinero a los partidos al cual llaman prerrogativas, por eso insisten en crear más y más partidos, en jugar en alianzas y demás para siempre vivir del presupuesto.

Cuando la gente comprenda la realidad de la falsedad de todo esto, entonces quizá el mundo empiece a cambiar, pero el mundo que le rodea, no haciendo referencia sobre el planeta, a más de 4 mil años no hemos cambiado nada, seguiremos así, si no contamos con educación.

• La Constitución, es un libro de ciencia ficción en realidad, nos habla de los derechos individuales, de las elecciones, de la tierra, del país, pero todo eso es falso, no se necesita de Walt Disney para unos creadores de historias como son los legisladores.

Nada de lo escrito es real, por el contrario; lo que ahí está es tan gracioso, que habrá que ver lo de la igualdad, paridad y equidad, que no se cumple en lo más mínimo, que decir en la salud cuando vemos hospitales sin médicos y lo que es peor sin medicamentos, lo mismo ocurre en la educación que cada vez más son menos días de clases.

El derecho de manifestarse ahora resulta que el ejército saldrá a las calles a reprimir, la prensa solo existe en la idea social, porque esta dejó su función para convertirse en un asunto de comercialización a través si de la mercadotécnica política.

La Constitución, solo está pensada en una acción de beneficio común, pero en la desgracia del pueblo que aún le sigue aplaudiendo como si el martirio fuera lo más saludable para la sociedad mexicana.

Desde luego que no hay nada que festejar, menos cuando ha tenido tantas reformas que dejó de ser la Constitución de 1917, de esa solo queda el nombre, pero no el contenido de los articulados que están destinados como he dicho, en una acción propia de la desgracia del pueblo.