Letras Desnudas / Mario Caballero
CNTE: La estupidez y el embuste
La historia de la CNTE está plagada de abusos y excesos, de trampas y crímenes, de costosísimas obsesiones y apuestas absurdas. Ni las organizaciones del narco han causado tanto daño en México. Podemos hacer de su existencia un abultado catálogo de frivolidades y cegueras, de arbitrariedades y fatídicas negligencias. No es difícil encontrar en su comportamiento ejemplos del atropello, del engaño, de la ineptitud, de la injusticia e incluso de la perversidad. Sin embargo, no creo que pueda encontrarse en su larga vida una decisión más estúpida que el movimiento contra la Reforma Educativa.
Hay que llamar a las cosas por su nombre. Porque esa guerra contra la reforma del gobierno federal es una estupidez gigantesca. La palabra no es un insulto, es la identificación precisa de los efectos de una acción. En un ensayo memorable, Carlo M. Cipolla capturó la esencia de sus efectos. El estúpido no es un tonto, no es un ignorante, dice. Lo que lo caracteriza es su capacidad para causar daño a otros, provocándoselo simultáneamente a sí mismo.
Ser estúpido es dañar a otros sin ganar ningún beneficio. Por eso el economista italiano afirmaba que era mucho más nocivo un estúpido que un malvado, que un criminal o un asesino. Pues el malvado, a fin de cuentas, saca algún provecho. El ladrón, por ejemplo, puede darle de comer a su familia con el botín hurtado. El asesino logra vengarse del daño que le hicieron o simplemente saciar su sed de sangre. El estúpido, en cambio, sólo multiplica el daño a su paso.
En la decisión de la CNTE de pretender derribar la reforma educativa no hay ningún asomo de estrategia. Es imposible imaginar en la supuesta anulación de las nuevas leyes educativas una razonable previsión de beneficios, tanto para los docentes inconformes como para la comunidad estudiantil. ¿Acaso alguien se atrevería a decir todavía que las protestas magisteriales son un gesto audaz en defensa de los derechos de los educadores y de la educación de los mexicanos?
En todo México se preguntan: Si en estos cinco años de marchas y plantones los maestros no han obtenido ningún provecho, ¿por qué siguen saliendo a manifestarse? Nadie sabe la respuesta. Lo que sí es fácil comprender es la cantidad de daños que han provocado con sus paros laborales, las pérdidas económicas, la violación a los derechos de la gente y el cruel atraso en el rendimiento escolar de los alumnos.
En fin, la CNTE agrede al país. Se excusa a través de mentiras, sugiriendo que la mentada reforma busca privatizar la educación y despedir a los docentes. Dicen los “profes” de la Coordinadora que la reforma nos hace sentir ofendidos. Como si el problema fuera nuestra sensibilidad y no la agresión constante que ellos le hacen a la educación y a la sociedad en su conjunto.
En realidad, es la CNTE la que ofende a los mexicanos, particularmente a los chiapanecos, oaxaqueños, michoacanos y guerrerenses quienes padecen el autoritarismo y la cerrazón de su estúpido movimiento, y que no sólo escuchan la violencia verbal de los dirigentes, también el odio que su campaña ha levantado contra el Estado de Derecho.
En el plantón de 48 horas que inició la Coordinadora el 9 de abril pasado, exige aparte de la cancelación de la reforma educativa, la abrogación de “la criminal Ley de Seguridad Interior” (sic), la presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y “justicia para los trabajadores caídos” en Nochixtlán, Oaxaca, en 2016.
En esta nueva manifestación participaron maestros de los niveles básico y medio superior, incluidos los interinos y los de telebachillerato comunitario. Pero no es cierto que haya sido una marcha gigantesca como la quisieron revelar los líderes.
El borrachín de mi colonia tiene mejor presencia que el atrabiliario líder de la CNTE en Chiapas, Pedro Gómez Bámaca, que nadie lo reconoce como digno de diálogo. Por su actitud agreste y abusiva, es entendible que no conozca el significado de las palabras “consenso” ni “razón”. Se dirige en las protestas con un lenguaje violento y maniqueo, tipo López Obrador, que critica, juzga y censura sin darse cuenta de la viga que él mismo tiene en el ojo. Habla de la corrupción del “mal gobierno” (sic), pero no escatima en sacar ganancias de las negociaciones con las autoridades. Es intolerante. No acepta que otros piensen distinto a él. Estás a su lado o en su contra. Su mejor argumento es el insulto y la mentira.
En la manifestación reciente dijo que marcharon 150 mil profesores de todos los niveles educativos. Falso. De acuerdo con información oficial, en Chiapas hay alrededor de 80 mil maestros entre los que agrupa tanto la Sección 7 como la 40, es decir, poco más de la mitad de los docentes que supuestamente Gómez Bámaca habían ido al plantón en el parque central de Tuxtla Gutiérrez.
Además, al inicio de clases asistieron 71 mil maestros que se presentaron a trabajar con normalidad en los más de 19 mil centros educativos que hay en el estado, reanudando clases para más de un millón doscientos mil alumnos. Así, los que realmente asistieron al plantón no fueron más de nueve mil maestros. Lo que nos hace pensar que Pedro Gómez no sabe contar a pesar de su condición de maestro o su cerebro ya está atrofiado por tanto consumir alcohol.
“Para estar fuera de la ley hay que ser honesto”, canta Bob Dylan. Chantajeando al gobierno, Bámaca ha ganado jugosas prebendas políticas, plazas para sus hijos, entre otros beneficios por los que no da cuentas a nadie.
¿Sabrán los revoltosos maestros que por el plantón de 2015 Luis Ramón Gómez Cerqueda, hijo del torvo dirigente de la sección 7, cobra por una sub-jefatura jurídica en la Dirección de Educación Primaria y al mismo tiempo cobra por otra plaza en la PROFECO? ¿O que Gómez Bámaca se estaciona alrededor de las tres de la tarde a un costado de Palacio de Gobierno, en un auto de lujo, a esperar a que salgan sus familiares que viven del erario de los chiapanecos?
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Mientras por un lado Pedro Gómez motiva la ira de los docentes contra el gobierno, por el otro trafica influencias con el mismo gobierno para seguir enriqueciendo a su familia.
No vale la excusa de que la reforma educativa es “punitiva”, según afirman los líderes magisteriales, para que en cada marcha la CNTE bloquee las carreteras, secuestre camiones de pasajeros, asalte las casetas de peaje, destroce los edificios públicos, tome las plazas comerciales, obstruya el libre tránsito y deje a miles de niños sin clases. Y que en los pasados diez años Chiapas esté en los primeros lugares en rezago educativo, también es su culpa.
El gesto de defender los derechos de los profesores y la educación de los mexicanos no es un acto heroico, es una estupidez. No es una muestra de congruencia moral, sino de traición. No suelto esas palabras con ligereza. Entiendo perfectamente la severidad del cargo y la facilidad con la que el epíteto se lanza. Hablar de la traición de la CNTE es cosa seria. Como también son serios los daños económicos, la violación al derecho de los chiapanecos de tener una vida en paz y tranquilidad, donde puedan convivir y transitar libremente, y en la cual puedan tener una educación de calidad.
Me parece, con todo rigor, que el calificativo es justo, porque la Coordinadora terminó siendo un instrumento para el vandalismo y la guerrilla urbana. Y bien vale hablar de traición ya que el movimiento que inició hace cinco años se ha fundado en el odio al gobierno y en condenar a generaciones de niños y jóvenes estudiantes a la pobreza y marginación.
También hay que hablar que los maestros están sometidos a los caprichos de dirigentes insolentes, y que perdieron dignidad al aplaudir cada comentario, cada acción, cada orden que acataron del patán que los representa. Debe hablarse de estupidez y traición porque Pedro Gómez Bámaca y su camarilla al politizar un tema que nada tiene que ver con la política sino con el desarrollo y el restablecimiento del orden de la educación en México arriesgaron a los educadores a la humillación.
PARA MAGDALENA
INTERESANTES las propuestas de Eduardo Ramírez Aguilar, ahora candidato al Senado de la República, de buscar los medios para que las costumbres mayas de los lacandones sean respetadas. Esto después de que visitara la comunidad lacandona Lacanjá Chansayab. Sin duda es muestra de su enorme cosmovisión sobre los problemas de Chiapas y los chiapanecos. Excelente… ¡Chao!