Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero 

Sagarpa: El otro negocio de Julián 

Andrés Arce es uno de los tantos chiapanecos que emigró a Estados Unidos por falta de oportunidades en su país. Cuando se fue hace siete años dejó a su esposa y a sus cuatro hijos, y una deuda de treinta mil pesos que ocupó para el viaje. Según cuenta su consorte, él vive en Atlanta y se dedica a la venta de raspados y esquites a las afueras de una escuela. Con lo poco que gana paga la renta de un cuartucho en una vecindad, medio come, medio viste y lo que le sobra se lo envía a su familia, y esto último no lo hace con regularidad.

Es originario de una colonia ubicada a veinte minutos del municipio de Arriaga. Su padre, hombre del campo, le regaló cuatro hectáreas cuando se casó. En esos terrenos que alguna vez fueron propiedad de su abuelo construyó una pequeña casa y el resto lo dispuso para la siembra, pero nunca sembró nada porque siendo una persona pobre no tuvo los recursos para hacerlo y porque nunca llegaron los anhelados apoyos del gobierno.

La familia de Andrés es de esas que vive en la pobreza más doliente. En cierta ocasión, Andresito, el tercero de sus hijos, se enfermó de una diarrea terrible y no tenían para pagar una consulta médica. De no ser por su suegra que sabe algunos remedios caseros, el niño pudo morir. Esa crisis fue la gota que derramó el vaso y llevó a Andrés a tomar la decisión más difícil de su vida: dejar el hogar y probar suerte en la tierra del Tío Sam.

¿Cuántos casos similares al de Andrés hay en Chiapas? ¿Cuántos campesinos abandonaron sus tierras y sus familias para ir en la búsqueda de una mejor calidad de vida en el extranjero? Aunque Andrés aún no ha podido ganar lo suficiente para mejorar su patrimonio, al menos sus hijos tienen para comer. No como muchos niños que se van a dormir por las noches sin haber probado un bocado.

La crisis de todo el campo mexicano tiene su principal causa en el abandono del gobierno. En sólo seis años, de 2009 a 2015, la población rural del país se redujo en casi cinco millones de personas y, en la actualidad, más de 26 millones de campesinos (98% del total) no tienen posibilidades para comprar la canasta básica.

Hoy, según estimaciones, más de un millón de trabajadores del campo vive en pobreza extrema.

CORRUPCIÓN EN LA SAGARPA

¿Por qué nuestros campesinos son tan pobres? Si bien la sequía, la producción de alimentos transgénicos, la desigualdad en el comercio, la falta de oportunidades, malos precios de garantía para sus productos, la presencia de empresas transnacionales y el crimen organizado que los ha obligado a rentarles sus tierras son los principales factores de la miseria y el abandono del campo, la corrupción de las autoridades ha contribuido mucho en engrandecer la pobreza.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), es una dependencia del gobierno federal que está encargada de administrar los recursos federales para el desarrollo rural, y es ahí precisamente donde han brotado los más terribles escándalos de corrupción.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha documentado que la Sagarpa ha malversado en los últimos años más de mil 628 millones de pesos a través de múltiples prácticas irregulares, como el pago de apoyos a beneficiarios que ya están muertos, pagos a universidades por servicios que no se realizan y que sirven nada más para desviar cientos de millones y la entrega de recursos para el campo que no fueron invertidos para ese fin.

En el caso específico de Chiapas, la Sagarpa ha sido el botín de sediciosos políticos, gobernantes y empresarios que se han enriquecido a costa de la pobreza de los campesinos. Entre estos delincuentes de cuello blanco está Julián Nazar Morales, ese falso campesino que por amarres políticos en el centro del país fue impuesto en la Dirigencia Estatal del PRI.

EL MATATIGRE

“El camino al poder no es inocente”, escribió Silva-Herzog Márquez. Nazar nació pobre, en una casa de campesinos, y hoy es uno de los hombres más ricos y poderosos de Chiapas. Es priista de toda la vida y el partido callista le ha permitido ser diputado local y diputado federal en varias ocasiones, pero su historia no puede ser entendida fuera del sector campesino.

El apodo “Matatigre” se hizo propio de su persona cuando fue chofer y sicario de aquel legendario cacique de Villaflores, Germán Jiménez Gómez, que al paso de los años le heredó el control de la Confederación Nacional Campesina (CNC), organismo desde el cual Julián Nazar abusó de su autoridad para maltratar al campesinado y enriquecerse al amparo del PRI. Por eso hoy es un prominente ganadero y hombre de negocios.

De 2001 a 2006 fue presidente de la CNC en Chiapas, y durante ese periodo se descubrió un fraude por más de 400 millones de pesos de la Alianza para el Campo, recursos entregados por la Sagarpa. En 2010, de nueva cuenta la Sagarpa entregó a la CNC 120 millones de pesos del programa Maíz Estratégico y en 2011 otros 130 millones, de los cuales según una investigación fueron a parar a las cuentas bancarias de Nazar Morales. En ese entonces ya no era líder de la CNC, sino diputado federal en la LXI legislatura. Eso nos quiere decir que sea o no presidente de ese organismo que está ligado al PRI, él es quien tiene el control.

La corrupción en la Sagarpa empeoró a partir de julio de 2013, cuando Julián Nazar fue nombrado titular de la Secretaría del Campo en el gobierno del estado. Hay que mencionar que este cargo lo desempeñó hasta los primeros días de enero de 2015.

En septiembre de 2016, representantes de una docena de organizaciones campesinas y sociales agrupadas en la Red Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil, envió a la Ciudad de México una comitiva para denunciar ante el Gobierno Federal el presunto desfalco de 500 millones de pesos cometido por Julián Nazar durante su gestión como secretario del Campo. Aparte, otro grupo de campesinos y representantes sociales lo acusaron ante autoridades chiapanecas del desvío de 195 millones de pesos en apoyos directos para el mejoramiento del café, más otros 200 millones del Programa Integral de Maíz y Frijol de la Sagarpa.

¿Dónde quedó ese dinero? Nazar Morales se hizo literalmente dueño de la Secretaría del Campo. En el sótano de las oficinas principales instaló un despacho con gente de toda su confianza, que era la que disponía los recursos y decidía a quién o a qué programa entregarlos. Asimismo, su cuñado Oliverio Palacios Herrera fue designado proveedor único de la Secam, quien se dice tiene varias empresas dedicadas al giro agropecuario y que se dedicaba a realizar todas las adquisiciones.

En esa red de corrupción estuvo José Calzada Rovirosa, ex secretario de Agricultura y Ganadería del gobierno federal. Se presume que para disponer del dinero de los programas federales se ligó con el ex diputado Julián Nazar, con quien entregó fuera de toda norma los apoyos a beneficiarios fantasma, y para ejercer el gasto depositaron 289 millones de pesos a las cuentas de la empresa Grupo Palacios y Asociados (¿le suena el apellido?) que no cumplió con la entrega de los fertilizantes.

Además, existen cuatro auditorías que comprueban el desfalco de 90 millones de pesos de diferentes apoyos al agro entre equipo técnico, herramientas, infraestructura, tecnología, sistemas de riego, tractores, implementos agrícolas, entre otros. El proveedor se dice fue Oliverio Palacios y sus prestanombres, y el dinero era procedente tanto de la federación como del estado.

¿REYNOL OZUNA?

En este momento, un dictamen está obligando a los proveedores de la Sagarpa en Chiapas, bajo la dirección de Pedro Reynol Ozuna Fernández, devolver a la Tesorería de la Federación la cantidad de 477 millones 574 mil 900 pesos. Según la auditoría, porque los recursos fueron pagados indebidamente a “supuestos solicitantes” de los cuales no existe ningún expediente.

Entre esos proveedores está Oliverio Palacios, cuñado de Nazar Morales, que como único proveedor de la Secam tiene que devolver 280 millones de pesos.

De esto salen tres preguntas: ¿hasta dónde está dispuesto Reynol Ozuna a encubrir las triquiñuelas de Julián Nazar y seguir financiando las campañas del PRI en menoscabo del campo chiapaneco? O ¿renunciará igual que su antecesor para evitar ser indiciado? Y ¿hasta dónde está dispuesto el nuevo líder nacional del PRI, René Juárez, a soportar la corrupción de Nazar que seguramente afectará los resultados de las elecciones? ¡Chao!

@_MarioCaballero