En la Mira / Héctor Estrada
*** Los pactos confirmados entre Velasco y Monreal
El audio hecho público este miércoles por Jesús Ortega en donde se evidencian las negociaciones políticas entre Manuel Velasco Coello y Ricardo Monreal, actual coordinador de la campaña presidencial de Morena, no resulta un asunto sorpresivo para los chiapanecos. Los vínculos entre Andrés Manuel López Obrador y el gobernador verde ya son de todo el dominio público.
En la grabación difundida Monreal llama “hermano” y “amigo” a Velasco, y juntos buscan la manera de solucionar el problema suscitado en 2015 cuando tres jóvenes fueron detenidas en el aeropuerto de Tapachula con un millón de pesos en maletas que finalmente fueron identificadas como propiedad de Ricardo Monreal; para ello unen a la conversación al entonces procurador general del estado, Raciel López Salazar.
La grabación realizada hace tres años, en el marco de las elecciones intermedias, ha sido sacada a la luz como clara estrategia de la coalición “Por México al Frente” para confirmar los señalamientos de Ricardo Anaya sobre el presunto pacto entre la coalición PRI-PVEM de Meade y Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, en Chiapas sabemos perfectamente que el tema va más allá de lo simple que tratan de hacerlo ver.
Han sido justamente los vínculos entre Velasco Coello y López Obrador los que han hecho del proceso electoral en Chiapas un verdadero cochinero. Las traiciones, la guerra sucia y el salto de militantes de un partido a otro se convirtieron en las constantes durante los últimos meses. El desenfreno de Manuel Velasco para apoderarse de todas las plataformas electorales y la confrontación con PRI terminaron volviendo al panorama bastante turbio y contradictorio.
Para nadie es un secreto ya que en Chiapas Morena no representa precisamente una oposición gubernamental. Las añejas relaciones personales entre la familia Coello y Andrés Manuel han hecho de la candidatura Morena una de las más viables apuestas de Velasco en la entidad chiapaneca. El aplastante arrastre de Obrador y la garantía de inmunidad que representa su triunfo han elevado potencialmente las posibilidades de esa fórmula en Chiapas.
Enrique Peña y la gran mayoría de las fuerzas políticas en México tiene muy claro ese panorama. No fue gratuito el reciente nombramiento de Velasco como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO). Al chiapaneco le tocará enfrentar la transición en la presidencia de la república y su designación es una clara estrategia ante un muy posible relevo entre el PRI y Morena. Quien asegura que la designación de Manuel en la CONAGO responde a razones de liderazgo o capacidad peca de bastante inocencia.
En Los Pinos hay constancias claras del financiamiento que desde Chiapas se ha hecho en favor de Morena. Las dudas que quedaban al equipo cercano de Peña Nieto se han disipado finalmente. Lo que queda ahora es una relación de hipocresía entre el grupo Atlacomulco y el gobierno verde. Sobran ya las amistades simuladas, acuerdos de cascarón y traiciones entendidas.
Sin embargo, un nuevo foco rojo se ha encendido para los intereses de Velasco. Las supuestas negociaciones entre Peña y Obrador para facilitar la transición podrían tener como ficha de intercambio al estado de Chiapas y, con ello, al proyecto sucesorio de Manuel. Finalmente, pocas veces el futuro electoral se ha mostrado tan incierto para una entidad tan lastimada y desesperada como Chiapas… así las cosas.