Í N D I C E . . . / Ruperto Portela Alvarado
REPARE y 50+1, FEMINISMO DE BURÓ.
+ Activistas de política y colocación de empleos…
+Constituidas en el “Club de la Peña Lulú”…
+ Defensa feminista selectiva y convenenciera…
+ Los lujos de pertenecer a un partido político…
EL LUCRO DEL DISCURSO FEMINISTA…
La Ley de la Física dice que nada cambia, solo se transforma. Es la misma materia, pero con una nueva forma que puede ser masculino o femenino, pero que sigue siendo la misma “chucha revolcada”. Me refiero a que el “machismo” de los años 50 a los 80 y hoy en día tan descalificado, solo se transformó en el “feminismo” que ha rebasado las expectativas del poder haciendo lo mismo que criticaban.
En la actualidad, todo lo que un “varón” haga o diga es una afrenta contra las mujeres; pero en contraposición, las mujeres pueden ofender, insultar y denigrar a los hombres argumentando defensa a sus derechos, abusando de su condición femenina y detentando un poder que desde las esferas políticas se les ha otorgado. Por supuesto que debe imperar el respeto y la tolerancia.
Quiero consignar que en el escenario de grupos, organizaciones y colectivos de mujeres, las hay también de gran valor y respeto, que lo merecen en toda su extensión de la palabra. Solo que en términos generales, en la lucha por sus derechos, ellas mismas abusan de la ley, de las garantías obtenidas en su devenir histórico y los miedos que imponen al descalificar todo en contra de los hombres.
Hoy, hay grupos, asociaciones y colectivos de mujeres que se identifican como “feministas”, son a todas luces “activistas de política” y “bolsas de colocación de empleos” como las que representan las llamadas integrantes de “REPARE” (Red Chiapas por la Paridad Efectiva) y el colectivo “50+1” que hoy defienden “con dientes y garras” a la ex Síndica, ex Alcaldesa Interina y ahora Secretaria General del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, KARLA BURGUETE TORRESTIANA.
No es lo mismo ser “funcionaria empoderada” como KARLA BURGUETE TORRESTIANA que las cuatro mujeres de San Cristóbal de las Casas a las que el entonces Fiscal General de Justicia JORGE LUIS LLAVEN ABARCA metió a la cárcel acusadas de “roba chicos” que resultaron ser las mamás de niños, y a las que les pidió inclusive 50 mil pesos para su liberación y a la que estos grupos nunca defendieron.
Es claro que “REPARE” y “50+1” constituyen un “feminismo de buró”, participativo en política; cacha puestos de elección popular y cargos administrativos en la estructura de Gobierno, del Congreso del Estado y las dependencias como la Secretaría General de Gobierno o militantes de partidos políticos desde donde defienden y se toman fotos con los dirigentes de diversos colores.
No, de ninguna manera es un pecado aspirar a un cargo de elección popular o de la administración pública; militar en un partido político y defender su posición de mujeres en contra del machismo arraigado en México y con más persistencia en Chiapas. Es su derecho. Pero no, lo que no se vale es que sean juez y parte; defensoras elitistas y selectivas de las propias mujeres o que en los nuevos tiempos de empoderamiento femenino, se constituyan en el “Club de la Pequeña Lulú” que tanto criticaron cuando era el “Club de Tobi”.
Hoy se han convertido en lo mismo que tanto reprochaban y nadie dice nada ahora cuando el Congreso del Estado de Chiapas, la LXVIII Legislatura está integrado por 24 mujeres y 16 hombres.
Reitero, “REPARE” y “50+1” representan un feminismo de buró, activismo político, de colocación administrativa y grupos cerrados de mujeres que excluye cualquier participación de hombres, como sucedió en los años 50, 60 y hasta los 80, cuando la política y todo quehacer público era para varones y las damas sólo para la actividad del hogar. No hay paridad; no hay congruencia.
El silencio de las organizaciones de mujeres feministas como en este caso de “REPARE” y “50+1” contrasta con los cientos y miles de feminicidios, desapariciones forzadas de jóvenes y niñas que en el transcurso de este gobierno suman más de 35 mil de los 100 mil contabilizados desde 1960 a la fecha. No es menos grave el agravio a mujeres y niñas indígenas, campesinas ultrajadas por la tradición de “usos y abusos de costumbre” que permanecen invisibles y sin que nadie las defienda.
Hoy el lenguaje feminista se ha vuelto tan complejo y difícil de comprender, que ya no sabemos que decir sin temor a ofender y caer en alguno de los tantos delitos que han inventado al grado de que una instancia electoral como el Instituto Electoral y Participación Ciudadana o el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas, se erijan en fiscalía para castigar a un comunicador, sin tener y aplicar elementos y conocimientos jurídicos.
El caso particular de VINICIO PORTELA HERNÁNDEZ ha desnudado a las instancias encargadas de dar certeza a las elecciones (IEPC), sancionar cada proceso (TEECH) y defender los derechos humanos (CEDH) por su inclinación a quedar bien con el poder en sus versiones del Gobierno del Estado y en caso singular con el Alcalde de Tuxtla Gutiérrez, CARLOS ORZOÉ MORALES VÁZQUEZ a través de su subordinada KARLA BURGUETE TORRESTIANA.
En este caso donde las Consejeras del IEPC (primordialmente), en complicidad con el Consejero Presidente OSWALDO CHACÓN ROJAS, así como el Pleno del Tribunal Electoral del Estado a través de su ex Presidenta, Consejera SOFÍA RUIZ OLVERA y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, han abusado del poder, ya sea por negligencia, ignorancia o intereses con el poder. Se entiende que son parte “indisoluble” del Gobierno del Estado y que a este responden, aunque se califiquen como “Entes Autónomos”.
Pero en el caso de VINICIO PORTELA HERNÁNDEZ frente a las acusaciones impertinentes de KARLA BURGUETE TORRESTIANA, utilizada por el Alcalde CARLOS MORALES VÁZQUEZ, estos actores de las dependencias mencionadas, han incurrido en delitos flagrantes como: el abuso del poder, el poder por la venganza, la complicidad manifiesta y el conflicto de interés al no atender los preceptos legales para resolver un caso jurídico y no político.
Quiero dejar constancia de que ni REPARE, 50+1; el IEPC, TEECH y la CEDH han permitido a VINICIO –como legalmente se obliga en estos casos—celebrar un debate con las feministas o defenderse a plenitud de las acusaciones y sanciones que unilateralmente imponen estas instancias, que solo argumentan sus ocurrencias. Entiendo con esto que saben muy poco de la “Ciencia del Derecho”, que les ganan sus filias con el poder y sus fobias contra el director de “AGENCIA55”. Aunque aún hay más irregularidades y complicidades, de que acusarlos…
Se acabó el mecate… Y ES TODO…
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