LETRAS DESNUDAS / MARIO CABALLERO
*** ¿Para quién gobierna la Cuarta Transformación? Le pido que recuerde esta pregunta.
PASO AL TEMA
En México es innegable que el éxito de muchos empresarios ha dependido del tráfico de influencias y los compadrazgos de un sistema patrimonial que Octavio Paz llamó el “Ogro Filantrópico”. En nuestros tiempos se le conoce como “capitalismo de cuates”, que se refiere al acto cómplice en el que altos funcionarios del gobierno federal conceden los mejores contratos a sus amigos o compadres empresarios.
Durante décadas la clase empresarial ha recibido todos los beneficios del capitalismo al amparo del poder, tales como control sobre los trabajadores, insumos y prebendas otorgados por el gobierno; asimismo, exención de impuestos, incentivos de consumo, control discrecional de la competencia, entre otros. Por eso no es casual que tengamos en el país una creciente desigualdad social, producto de los monopolios y duopolios. Y los bancos no fueron y no son la excepción.
Fue durante la administración de Carlos Salinas que se privatizó la banca. A partir de entonces existe un pacto tácito entre el gobierno y los banqueros, quienes actúan con completa libertad para fijar sus tarifas, sus tasas, los porcentajes de las distintas y muchas comisiones bancarias que pagamos nosotros, los usuarios, y sin que las autoridades hagan algo al respecto.
¿Sabe usted por qué los bancos se han enriquecido tanto en México? Porque si consultamos el saldo en el cajero, nos cobran una comisión; si solicitamos la reimpresión del estado de cuenta, otra comisión; si retiramos nuestro dinero en un cajero distinto al banco que tenemos contratado, una comisión más. ¡Qué se nos perdió la tarjeta! Claro que nos la reponen, pero hay que pagar. ¿Te la robaron? Lo sentimos mucho, estimado cliente, pero la reposición del plástico le cuesta tanto. Oye, pero si me la acaban de robar. Uhhh… me da mucha pena con usted, pero ¿la quiere o no la quiere?
Siendo México un país con más de 55 millones de personas en situación de pobreza y 10 millones más en pobreza extrema, es indignante que el banco te cobre hasta por no mantener el saldo mínimo requerido en la cuenta.
También les cobran una comisión a los comercios que no facturaron el monto mínimo por el uso de la terminal en punto de venta. Así que no somos clientes, sino sus empleados. Trabajamos para que los banqueros se enriquezcan.
En 2017, uno de cada 3 pesos que recibieron instituciones bancarias como Santander, BBVA, Citibanamex y Banorte, fueron por comisiones. Ese mismo año, la banca en general obtuvo 108 mil millones de pesos por el cobro de ese concepto. A saber, algunos de esos bancos mantienen operaciones en otros países por el dinero que obtienen cobrando comisiones aquí en México.
Ahora, ¿por qué hay bancos que aquí cobran comisiones tan altas que no les permiten cobrar en sus países de origen? Obvio, estamos hablando de países profundamente capitalistas, donde fluye el dinero a raudales. La respuesta que siempre dan es que “así fluyen los mercados”, pero no es del todo cierto.
Lo cierto es que hay un pacto entre el gobierno y los bancos para que no pase nada, para que todo circule sin que haya represalias y el abuso a los cuentahabientes continúe. Están coludidos. Así que cuando vemos al banco español Santander, por ejemplo, que les cobra a sus clientes en España una comisión del 20 por ciento mientras a los mexicanos les cobra el 39%, entonces queda descubierto que no hay tal mercado que tome las decisiones, sino que son los mismos bancos los que imponen autoritariamente las tasas y tarifas.
Todo el mundo sabe que los banqueros en México son las personas que controlan los mercados. Como tienen el control del dinero, sienten que también tienen el control de la vida de las personas. Por supuesto, no lo controlan todo. Hay otros disparadores financieros que no dependen de la gente que aquí maneja el flujo de los mercados, sino depende de los mercados internacionales en los que hasta los gobiernos muy poco o nada pueden hacer con lo que pasa en Estados Unidos o en toda la comunidad europea.
De tal manera, cada vez que los banqueros se sienten amenazados hacen desplomar la Bolsa Mexicana de Valores tal como lo hicieron en octubre de 2018 cuando Bertha Caraveo presentó a nombre de Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, la iniciativa que buscaba poner límites en el cobro excesivo de las comisiones. No les gustó la idea y así fue como reaccionaron.
¿EN DEFENSA DE LOS BANQUEROS?
Increíblemente, esta reforma a la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, que como mencionamos pretendía hacer justicia por la usura de los bancos y que traería beneficios a corto plazo a los bolsillos de un amplio sector de la sociedad, no obtuvo el respaldo esperado por parte del partido oficialista ni del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En una de sus tradicionales conferencias de prensa mañaneras, el presidente dijo: “Nuestra política es la de no modificar el marco legal con relación al funcionamiento de los bancos y de las instancias financieras”.
Por su parte, el entonces secretario de Hacienda, Carlos Urzúa Macías, leyó un posicionamiento en el que pidió a los legisladores de Morena apoyarse en su equipo de trabajo y en el Centro de Estudios de Finanzas para consultar sobre la viabilidad de las iniciativas, concretamente en ésta.
La dirigencia nacional de Morena, en ese tiempo en manos de Yeidckol Polevnsky, aseguró en una entrevista que esa no era una propuesta de Morena y explicó que en el partido quedaron sorprendidos y molestos porque esa iniciativa no fue consultada con la cúpula partidista.
El asunto es que después de cuatro años de eso, la iniciativa sigue congelada. ¿Del lado de quién están los supuestos transformadores de la patria, los que dijeron que abogarían y harían justicia para los mexicanos, especialmente los pobres? Porque lo que hemos visto hasta ahora es una defensa a capa y espada a favor de los banqueros.
Si tanto han hablado los morenistas de estar a favor de las clases desprotegidas del país, ¿por qué siguen dándole la espalda a esta buena iniciativa y al parecer protegiendo los intereses de los grandes potentados, quienes desde hace muchos años vienen explotando a la gente?
Ciertamente, hacer frente a este problema es tan complejo como necesario. Si desde los tiempos del hegemónico PRI vimos que la relación entre el poder y el dinero es el principal fundamento de la corrupción, entonces hay que apelar que para lograr el cambio prometido por la Cuarta Transformación dependerá irremediablemente de la voluntad política que tengan para acabar con el contubernio entre el gobierno y un sector de la iniciativa privada, como los bancos.
Así que se les pide un poquito de congruencia. Porque la iniciativa de Ricardo Monreal es una buena propuesta que va de acuerdo con lo que el partido y el presidente López Obrador prometieron en campaña.
O ¿acaso las únicas iniciativas que serán respaldadas serán las que salgan de Palacio Nacional? De ser así, como preguntamos al inicio, nos queda claro para quién gobierna la 4T.