Aseguran familiares del menor

Itzel Grajales

La necropsia realizada por la Fiscalía General del Estado (FGE) señala que Damián, de tres años de edad, murió por asfixia mecánica. Que se broncoaspiró; pero la familia del pequeño desmiente esta versión: tienen pruebas de que falleció por ahogamiento en la alberca de la escuela Piguin & Babe, e indicios de que la dueña de la institución, Brunett Ortega Solís, la vació para evadir su responsabilidad.

Tras insistir a la Fiscalía de Distrito Metropolitano, don Rigoberto Moreno Gómez obtuvo copias del acta de defunción de su nieto Damián, donde el médico legista Rafael Velázquez Ramos concluye que el niño murió por broncoaspiración: quizás al tragar un objeto o al ingerir alimentos, por accidente.

ESTABA TODO MOJADO

Esto difiere con lo que vivió el 07 de febrero de 2023. Ese día, Amparo, su hija y madre de Damián, le llamó desesperada desde la Clínica San Miguel en Tuxtla Gutiérrez. Cuando llegó, el niño yacía sobre un cojín con el cuerpo húmedo y la ropa mojada, sin signos vitales.

“Estaba todo mojado, a mi nietecito lo recibimos totalmente mojado; cuando lo llevamos a la casa estaba sacando agüita de la nariz y por su boquita”.

Incluso, fue la misma Brunett Ortega Solís quien en la clínica, entre llantos, les dijo que Damián se salió del área de recreo y cayó en la alberca, recordó don Rigoberto, en entrevista para Diario de Chiapas.

“Que quede claro: ¡mi niño no se broncoaspiró!”, reafirmó el abuelo, quien advierte que tocará todas las instancias legales para que se haga justicia: hasta que se castigue a los dueños de esta guardería que no debió funcionar, porque no contaba con las medidas básicas de seguridad.

Las autoridades estarían encubriendo una responsabilidad aún más grave. En su poder, don Rigoberto tiene la declaración ministerial de Ronay N., un hombre de 40 años de edad, que trabaja dando mantenimiento a albercas en la capital del estado.

BRUNETT PIDIÓ VACIAR LA ALBERCA

De acuerdo con estas declaraciones, tomadas por el fiscal Lázaro Mendoza Tipa, el señor Ronay N. llegó ese mismo 7 de febrero a la escuela Piguin & Babe, donde regularmente trabajaba limpiando la alberca, a solicitud de Brunett Ortega, quien le había hecho una llamada telefónica para citarlo de emergencia.

Eran las 17:30 horas, pasó por el área de guardería y la cocina: “La jefa Brunett me dijo que había ocurrido un accidente, que el niño se había ahogado en la alberca… yo le dije que eso no era posible, que estaba cañón, que yo tenía dos hijos y no me gustaría que les pasara eso. En eso ella me dice que vaciara el agua de la alberca”.

Ronay N. se negó. Le respondió que no quería comprometerse; si quería, que lo hiciera ella; que ya sabía dónde estaba la caja de máquina, y la llave que se manipula para dejar sin agua la piscina. Luego salió de la escuela.

Ronay N. está hospitalizado; lo atropellaron días después. Don Rigoberto considera que éste pudo no haber sido un accidente, sino un atentado para silenciarlo: “porque esta gente es de peligro”.

Para Rigoberto, y los padres del pequeño Damián, Amparo y Mauricio, es claro: hay complicidad institucional; buscan proteger a los propietarios de Piguin & Babe, Brunett Ortega y José de Jesús Patrinos, quienes estarían moviendo sus influencias en la Fiscalía General del Estado, el Congreso local y la Secretaría de Educación, para quedar impunes.