Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero

*** Qué descaro

Me disculpo de antemano por la expresión, pero la foto que publicó Juan Manuel Utrilla Constantino, en la que aparece felizmente acompañado por Uriel Estrada Martínez, tan sólo nos dice una cosa: que a los dos les vale madre lo que digan de ellos.

Si usted no está enterado, sepa que Uriel Estrada ha sido muchas veces señalado de abusar de su cargo en la titularidad de la Auditoría Superior del Estado para extorsionar a los presidentes municipales y negociar con ellos importantes sumas de dinero a cambio de no denunciarlos por las irregularidades que pudieran presentar en la cuenta pública, y que uno de sus clientes podría ser el mismísimo Utrilla Constantino, alcalde de Yajalón.

Sin embargo, en lugar de salir a desmentir las denuncias en su contra y actuar con mayor responsabilidad dado el enorme reclamo social que pesa sobre ellos, tuvieron el descaro de hacer circular en las redes sociales esta fotografía posando juntos, muy sonrientes, como si no pasara nada.

¿Cómo es posible tanto cinismo? ¿Qué hay en su desvergüenza, en el valemadrismo tan grotesco de despreciar la crítica y las denuncias mismas de la gente?

¿CASUALIDAD?

Habrá quienes digan, por supuesto, que esa foto por sí misma no demuestra nada, mucho menos que entre Uriel y Utrilla haya algo que apeste a corrupción, pero tampoco podrán decir que es mera casualidad, porque en política no existen las casualidades sino las causalidades.

Es cierto, dicha imagen fue tomada durante la Reunión de Trabajo con Ayuntamientos para el Fortalecimiento de los Órganos Internos de Control, que fue presidida por el auditor superior y a la que acudió Juan Manuel Utrilla. Por lo que era obvio que se tomaran algunas selfies para el recuerdo y testificar que están trabajando.

Sin embargo, ellos sabían perfectamente lo que esa foto generaría en la opinión pública y el mensaje que darían tras publicarla.

Por tanto, si por un lado no guardaron las formas; por el otro, hay que saber que la supuesta reunión de trabajo tan sólo se trata de un disfraz que Uriel Estrada ha venido utilizando para disimular su abierta campaña política anticipada en aras de obtener una candidatura de Morena que lo lleve a ocupar una curul en la Cámara de Diputados.

Así que quien quiera ver la estampa como un mero acto de la eventualidad, allá él o ella. Pero si les preguntamos a diez personas qué es lo que piensan al respecto, tomando en consideración las acusaciones que pesan sobre estos dos personajes, estoy seguro que al menos nueve dirán que Uriel Estrada y Utrilla Constantino se están burlando de la gente. Que es exactamente lo que han hecho durante toda su vida, especialmente en este último tiempo.

BURLAS

Empecemos por Uriel Estrada. Dígame usted si no fue una burla haberlo elegido como auditor superior del estado después de que estuvo preso en 2006 acusado de los delitos de tortura y homicidio en contra de un líder campesino. Su designación fue como poner al Lobo Feroz a cuidar a Caperucita.

Si bien es verdad que el descrédito y la mala fama de la Auditoría Superior del Estado no son de ahora, el caso es que desde que el ex presidiario Estrada Martínez asumió el mando la situación ha empeorado hasta límites intolerables.

No son uno, ni dos, ni tres, sino muchas las acusaciones de que el auditor superior amenaza, reprime y extorsiona a los presidentes municipales. Inclusive, de acuerdo con algunas denuncias de alcaldes que han sido “charoleados” por él, el monto que les pide va de los 2 hasta los 8 millones de pesos. Dependiendo del sapo es la pedrada.

Pregunto: ¿acaso no es una burla que Estrada Martínez, quien por sus atribuciones debería ser un verdadero combatiente de la corrupción y por ende la institución a su cargo un dique contra la impunidad, esté fomentando la corrupción y vendiendo patentes de impunidad a los ediles que han malversado, dilapidado y saqueado los recursos del pueblo? Claro que lo es.

UN EJEMPLO

Y ejemplos hay muchos, pero el que nos interesa revisar en este momento es el de Juan Manuel Utrilla Constantino, alias El Elote.

A saber, Utrilla ejerce en este momento su segundo periodo consecutivo como presidente municipal de Yajalón, localidad que tiene sumergida en el abandono, sin obras públicas y con graves problemas de seguridad. Respecto a esto último, los habitantes han denunciado que tiene nexos con grupos criminales y que entre los elementos de su escolta hay varios paramilitares identificados, que hacen rondines por las comunidades haciendo disparos al aire para amedrentar a la población.

De acuerdo con investigaciones periodísticas, El Elote ha desviado importantes sumas del erario municipal, dinero con el que supuestamente ha adquirido residencias de hasta 7 millones de pesos, como la que le regaló a su esposa en Berriozábal; además, ranchos, vehículos del año, caballos pura sangre y un yate.

Vuelvo a preguntar: ¿a poco no es una burla que mientras la gente vive en condiciones precarias, sin calles pavimentadas, sin seguridad y sin óptimos servicios de agua potable, drenaje, recolección de basura y alumbrado público, él se dé la gran vida con los recursos públicos, donde también sus compadres, amigos, primos y cuñados se han convertido en grandes potentados?

¿No es una burla que habiendo miles de familias viviendo en la pobreza y sin tener para comer, él haya realizado un fastuoso Baby Shower para el que contrató el servicio de una avioneta para que arrojara polvo azul por los aires en señal de que el hijo que esperaba se trataba de un niño? No sólo es una burla, es una mentada de madre.

LA TAPADERA

Lo peor del asunto es que la corrupción de Juan Manuel Utrilla está siendo protegida por el auditor superior.

Y esto lo podemos ver en que no ha actuado en consecuencia en cuanto a los más de 36 millones de pesos que Utrilla no comprobó de los ejercicios 2019, 2020 y 2021, probable daño a la Hacienda Pública que está documentado en los informes de la Auditoría Superior del Estado.

Un trabajador del Ayuntamiento de Yajalón le ha dicho a este columnista que el acalde no ha recibido ningún tipo de sanción debido a que le ha entregado maletas cargadas de dinero y millonarios contratos de obra pública al auditor superior.

IMPUNIDAD

Así que la mentada foto no puede ser otra cosa que una burla a la sociedad, la prueba del maridaje entre Uriel Estrada y Juan Manuel Utrilla: el retrato mismo de la impunidad.

PARA MAGDALENA

Qué calladito se lo tenían el exgobernador Roberto Albores Guillén y su hijo Roberto Albores Gleason. Se descubrió que en la lista de proveedores de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), organismo descentralizado que fue defraudado por más de 15 mil millones de pesos, está una de sus empresas. A todo esto, el ex titular de esta dependencia, Ignacio Ovalle, fue gerente de Albores Guillén cuando éste fungió como Coordinador General de Abasto y Distribución del Departamento del Distrito Federal (Coabasto). La pregunta aquí no es sólo cuánto dinero se embolsaron por el favoritismo de Ovalle, sino si ahora pagarán por su avaricia que no tiene límites.

Twitter: @_MarioCaballero