Mario Caballero / Columna

Letras Desnudas / Mario Caballero

*** Destapador y Corcholata

Lo primero que me vino a la mente tras ver la entrevista que un medio nacional le hizo a Ismael Brito Mazariegos fue: “ahí la prueba de que el cinismo no conoce límites”.

Aunque, pensándolo bien, calificarlo de cínico es quedarse demasiado corto o ser muy elegante para tratar de describir la repugnancia que provoca su conducta como servidor público.

La entrevista fue a modo y breve. Tal como suele suceder en estos casos donde el entrevistado pacta monetariamente con el medio de comunicación las preguntas que quiere que le realicen y en el horario en el que prefiere aparecer. Es decir, a Ismael Brito no lo entrevistaron por ser un personaje relevante y ni el medio lo buscó para cuestionarlo sobre un tema de interés público en el que estuviera implicado.

Más claro todavía: Brito apareció en un espacio noticioso que él mismo pudo haber comprado por una buena suma de dinero y para responder las preguntas que su equipo de prensa le formuló. Patético.

¿Quiere saber qué fue lo más patético? Que utilizó dicho espacio para destaparse a sí mismo al Gobierno del Estado.

Al ver que nadie se interesaba en proponerlo como aspirante a la candidatura de Morena, él solito salió públicamente a decir, y lo cito: “estamos listos para levantar la mano”. Se autodestapó. Así como lo lee, se convirtió en corcholata y en su propio destapador. Como solía decir mi abuela en tono de burla sobre lo que produce pena ajena: “ha de ser triste”.

DESFACHATEZ

En una entrevista de verdad a Ismael Brito lo hubieran cuestionado sobre los motivos reales de su aspiración política, sus méritos profesionales, sus activos políticos; asimismo, por los graves señalamientos en su contra y, de manera muy especial, sobre lo qué ha hecho por Chiapas y por el bienestar de los ciudadanos durante los años que tiene en el servicio público. No fue así.

Por lo contrario, se dedicó a echarse flores. Si destaparse por su propia cuenta fue un acto grotesco, hablar maravillas de su persona fue una apología del descaro.

Juzgue usted.

Dijo que no buscará anticiparse a hacer proselitismo, sino que respetará los plazos establecidos por Morena.

¿A quién quiere verle la cara de tonto?

Todo el mundo sabe que desde que inició la administración del doctor Escandón Cadenas, Brito se sintió su sucesor. Por lo que, ni tardo ni perezoso, comenzó a utilizar el puesto para promoverse, posicionar su nombre entre el electorado e inclusive para dirigirles campañas de desprestigio a los que desde entonces considera sus adversarios políticos. De hecho, durante los primeros tres años del sexenio tuvo una fuerte riña política con un actual diputado federal.

Por tanto, eso de que respetará los tiempos establecidos del partido para comenzar a hacer proselitismo político –como dice el pueblo- que se lo crea su abuela porque los chiapanecos no. Y…

No es todo. Después de convertirse en diputado federal ha disfrazado su campaña anticipada como reuniones de trabajo. Pues con el pretexto de dar a conocer entre los chiapanecos sus supuestas acciones legislativas (ninguna de sus cuatro iniciativas ha sido aprobada), ha desdoblado una intensa gira política por todo el territorio chiapaneco.

Muestra de ello son los actos multitudinarios que sostuvo en enero pasado en los municipios de Palenque y Reforma, donde fue visible el derroche de dinero en acarreo de gente y propaganda. Reunió, según dijo en su boletín de prensa, a más de 5 mil personas para esos eventos que bautizó como “Diálogos para seguir impulsando el bienestar y la mejora de Chiapas”.

¿Usted cree que toda esa gente llegó por su propio pie? Para nada, fuentes a Letras Desnudas revelan que Ismael Brito pagó entre 300 y 500 pesos por persona. Dicho de otro modo, quien quiere ser gobernador del estado lucró políticamente con el hambre y la pobreza de los chiapanecos.

Aquí es pertinente preguntar, ¿de dónde sacó Brito para pagarle a tanta gente?

Suponiendo que a los 5 mil les pagó 300 pesos por cabeza, da una cifra de un millón 500 mil pesos, que equivale a casi dos años de su salario bruto como diputado federal. Y a esto súmele el pago de combustible, renta de camiones, de carpas, sillas, etcétera, etcétera, etcétera. Un dineral con orígenes sospechosos.

OTRAS RESPUESTAS

En otro momento de la entrevista, dijo:

“Soy un hombre formado en el servicio público, llevo 25 años en él. Amo a mi estado, soy un chiapaneco convencido de que hay que dar todo por el todo para que siempre sea mejor”.

Y agregó: “Tuve la oportunidad de conocer todo el estado, pero su problemática fue más fácil comprenderla desde esta situación como secretario de Gobierno”.

A ver, si en verdad es un hombre formado en el servicio público ¿por qué no se le conoce una sola acción efectiva por la igualdad, el desarrollo económico y el bienestar social de los chiapanecos?

Por otro lado, ha desempeñado algunos cargos en la administración pública, pero irrelevantes. Antes de que ocupara la Secretaría General de Gobierno su puesto más sobresaliente fue el de alcalde de Socoltenango, hace casi 20 años, donde salió bajo acusaciones de corrupción, despotismo y tráfico de influencias.

Y si dice que comprendió fácilmente la problemática de Chiapas durante su periodo como secretario de Gobierno, ¿por qué no contribuyó para la gobernabilidad y la paz social, que estaba entre sus principales responsabilidades?

No hizo ni lo uno ni lo otro. Además, por su incompetencia se recrudecieron los conflictos con los sindicatos, organizaciones campesinas, bloques magisteriales y agrupaciones estudiantiles. Ejemplo de ello están las muchas protestas de los normalistas, así como los bloqueos carreteros, tomas de casetas de peaje, secuestro de edificios públicos, entre otros.

En fin, Brito fue un despapaye total durante su pasada encomienda.

Para mayor inri, fue señalado de crear grupos de choque para enfrentarse a la disidencia social y de construir una red de corrupción en la Secretaría General de Gobierno, que tanto traficaba influencias en otras dependencias estatales como operaba desvíos de recursos públicos a través de contratos de proveeduría y obra pública.

UN TIRO EN LA RODILLA

Antes de finalizar la entrevista, Brito se dio un disparo en la rodilla al decir que “dentro de Morena hay hombres y mujeres que tenemos mucho por hacer en Chiapas y son los chiapanecos quienes definan: ellos nos conocen, saben quiénes somos, cómo hemos actuado y cómo pensamos”.

Sí, los chiapanecos sabemos que Ismael Brito es un funcionario inútil, que ha actuado con alevosía, corrupción y abuso de poder en cada encomienda que ha desempeñado y que piensa que los puestos públicos son para amasar grandes fortunas y usarlos como trampolín para saltar a otros mayores.

Ejemplo de ello es que todo este tiempo ha utilizado la diputación federal para trabar una relación de complicidad con el auditor superior del estado, Uriel Estrada Martínez, con el que presuntamente extorsiona a los presidentes municipales para que apoyen su proyecto a la gubernatura a cambio de protegerlos y no realizarles observaciones en la cuenta pública.

Más triste aún, Uriel Estrada es su único respaldo político y a lo más que puede aspirar es a repetir como diputado federal, ya que con todo lo que es y representa no le da para más.

Twitter: @_MarioCaballero