José Luis León Robles I Opinión

José Luis León Robles                                               

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Muy buenos días distinguidos lectores, el día de hoy estamos a vísperas del llamado día de muertos en nuestro país, y es que se le denomina una tradición mexicana que une a las diferentes comunidades autóctonas en nuestro lindo México. De acuerdo a distintos historiadores, es imposible tener una fecha exacta del inicio del Día de Muertos en México, pues, aunque usted no lo crea es compartida por culturas como la azteca, la zapoteca, los purépechas y los totonacas por citar algunas. Mucho se habla por ahí que tiene una aproximación de que es un ritual y fecha celebratoria con aproximadamente 3,000 años de antigüedad. Si hablamos de una en particular, tendría que ser de los aztecas: en su cultura, este era un festejo en el que se precedían fiestas en honor a Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl: el señor y la señora del Mictlánm nueve regiones que tienen subdivisiones que corresponden a distintas pruebas que el muerto tiene que pasar, que depende de cómo haya sido en vida, así como de las faltas que cometió mientras caminaba por la tierra. Figuras que después mutaron hasta transformarse en La Catrina que conocemos hoy. Esta celebración perseveró pese a la conquista que se extendió. En el caso particular de México, la violencia con la que fue conquistada la tierra obligó a muchas personas a tratar de mantener y hacer prevalecer sus costumbres a toda costa. Las civilizaciones de esta parte del mundo tuvieron pérdidas no solo por las nuevas enfermedades que los europeos traían, sino que crearon una gran depresión en las personas mayores que se rehusaban a cambiar de religión y abandonar algo en lo que habían creído toda su vida… Fue así que algunas familias comenzaron a resguardar santos en sus casas con espacios especiales dentro de ellos, en lo que guardaban pequeñas muestras de gratitud a lo que los españoles llamaban como sus ‘antiguos dioses’, o ‘deidades paganas’. Fue así como esta prevaleció hasta ser vista en la actualidad. La muerte tiene en efecto, varias significaciones. Liberadora de las penas y las preocupaciones, no es un fin en sí́ misma; abre el acceso al reino del espíritu, a la vida verdadera: mors janua vitae (la muerte puerta de la vida). En sentido esotérico, simboliza el cambio profundo que sufre el hombre por efecto de la iniciación. El profano debe morir para renacer a la vida superior que confiere la iniciación. Si no muere en su estado de imperfección, se le veda todo progreso iniciático. La vida y la muerte vistas desde un punto cosmogónico son ciclos que marcan fines e inicios, por lo que no es de extrañar que en el caso de México este sea visto como una fiesta, pues no es un adiós, sino un hasta luego. Las personas se preparan con semanas de anticipación para celebrar el Día de Muertos. Dependiendo del lugar en el que se encuentren, esto es algo que pueden celebrar en un panteón durante los primeros días de noviembre, a donde van a dejar flores, altares y visitan a los familiares cercanos, mientras que, en otros lados, se crea un gran desfile, como el que ocurre en la CDMX. Desde el 2008, el Día de Muertos fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en México y aunque esta tradición también se celebra en algunas partes de Centroamérica y Estados Unidos, no cabe duda que es un festejo que distingue al territorio mexicano. Este tema esta dedicado con todo respeto para quienes ya se nos adelantaron en el camino, recuerde mi apreciable lector si va asistir al panteón procure tomar mejor un transporte público, así evitará y ayudará a no crear un congestionamiento vehicular, y si el creador nos lo permite nos estaremos leyendo la siguiente semana.