Letras Desnudas || Mario Caballero
*** Un Obradorista Impostor
Ahora que estamos en época preelectoral, donde abundan los farsantes, me vino a la memoria el libro El Impostor del escritor español Javier Cercas, cuya lectura recomiendo. Se trata de una novela de grandes proporciones que revela la historia real de un gran mentiroso, llamado Enric Marco.
Este hombre engañó a toda la nación española. Presumía un pasado heroico como anarco-sindicalista durante la Guerra Civil. Su supuesto activismo a favor de la República lo habría llevado al exilio cuando los nacionalistas ganaron la guerra. Ya exiliado, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis lo apresaron y enviaron a un campo de concentración convirtiéndose en uno de los pocos sobrevivientes españoles de los peores horrores de la historia del siglo XX.
Pero una vez muerto Francisco Franco en los años setenta, Marco se transformó en uno de los líderes más importantes del sindicalismo español en pleno proceso de transición a la democracia. Es decir, aprovechó la coyuntura. Y logró su conversión de exiliado a líder gracias a que en su momento le había dicho “no” al franquismo, a diferencia de la mayoría española que le había dicho “sí” a tres décadas de dictadura.
Es más, fue tanta su influencia que fue electo presidente de la asociación española más importante de sobrevivientes de los campos de concentración nazis. Como tal, se la pasaba dando conferencias en toda España para contar sus tristezas y penurias.
Marco fue toda una estrella de los medios de comunicación, que hacían cola y se peleaban para entrevistarlo. El único problema es que todo era inventado. Una gran farsa que se cayó muchos años después gracias a la labor de un historiador, quien al revelar la verdad generó un escándalo monstruoso en el país.
Resulta que Marco no era más que un simple mecánico, miembro de la silenciosa mayoría española que le había dicho “sí” a Franco. De repente vio la oportunidad de cambiar de vida y se inventó otra, de película, basada en mentiras, logrando engañar a toda una nación.
Esta trama fenomenal llevó a Cercas, desde su perfil de investigador, a escribir un libro sobre el mentiroso narcisista Enric Marco.
OTRO IMPOSTOR
Traigo a cuento esta novela para hablar de otro impostor que quiere engañar a toda la comunidad tuxtleca haciéndose pasar como “obradorista”, con el objetivo de ser candidato de Morena a la presidencia municipal. Su nombre, Aquiles Espinosa García.
Me atrevo a decir que Aquiles es un farsante que ni siquiera sabe lo que es ser obradorista, pero como le conviene se pone la etiqueta. Tanto así que ha mandado pegar calcomanías con su imagen en muchas unidades de las muchas rutas de transporte colectivo que circulan a diario por la gran metrópolis que es Tuxtla Gutiérrez, acompañadas con la leyenda “Obradorismo verdadero”.
Para el caso, ¿qué es el obradorismo? Básicamente, un movimiento político que busca un cambio de régimen para favorecer la agenda de las clases pobres del país a partir de la honestidad, el buen gobierno, el eficiente uso de los recursos públicos y el ejercicio ejemplar del poder. Cosas que Aquiles no conoce ni por asomo.
Para empezar, tiene de obradorista lo que yo de astronauta. Es un viejo político que creció bajo las naguas de Arely Madrid Tovilla y hasta donde se sabe sigue siendo militante del PRI. Si hoy se hace pasar como miembro de la Cuarta Transformación es por
el solo hecho de ser secretario de Movilidad y Transporte en el gobierno morenista del doctor Rutilio Escandón Cadenas. Nada más.
Por otra parte, no predica los postulados del movimiento del presidente López Obrador: no robar, no mentir y no traicionar.
Durante su desempeño como secretario de Movilidad ha estado involucrado en escándalos de corrupción, extorsión y nepotismo. Por ejemplo, a principios de su gestión uno de sus sobrinos, que él mismo colocó en un puesto clave dentro de la Secretaría, fue señalado de otorgar más de 200 permisos, que no concesiones, de taxi, que según fueron vendidos por 80 mil pesos cada uno. Ese dinero, supuestamente, fue a parar a los bolsillos de Aquiles y de su red de corrupción.
En agosto pasado, en Palenque, entregó 175 concesiones de taxi, pero sólo el 20 por ciento de éstas llegaron a manos de los verdaderos transportistas, el resto fue repartido entre maestros, enfermeros, ganaderos, comerciantes, una exdiputada de nombre Eduviges Cabañas, así como a trabajadores de Hacienda, personal del Ayuntamiento y gente de un diputado local de la región.
Para el colmo, defraudó a muchos transportistas de esa localidad con cantidades que van de los 100 a los 200 mil pesos, dinero que les requirió por concesiones que nunca les entregó.
Aparte, una investigación realizada por el Diario de Chiapas descubrió que en el estado hay alrededor de 20 mil unidades en modalidad de mototaxi distribuidas en 77 municipios, pero la mayoría de éstas son ilegales. Y de éstas, nada más en Ocozocoautla, se dice que Aquiles recibe 9 millones de pesos anuales por sobornos.
Ahora bien, ¿cuántas veces no hemos escuchado decir al presidente que en los funcionarios de la 4T no hay lujos, privilegios, corrupción y todas esas prácticas que efectivamente eran comunes y corrientes en los gobiernos y gobernantes de antes? Para un priista de antaño como Aquiles Espinosa esos usos y costumbres siguen siendo habituales.
Pues todos los días presume sus carísimos zapatos, cinturones y ropa de la marca exclusiva Salvatore Ferragamo. Así que es tan obradorista que un día cualquiera anda como 35 mil pesos encima en puro atuendo.
No es todo. En un franco abuso de autoridad se niega a devolver las 105 concesiones de las rutas uno y dos, las principales de Tuxtla Gutiérrez, a sus legítimos propietarios, la mayoría personas de la tercera edad.
Esta gente eran socios del Sistema de Transporte Urbano “Conejobús”, y desde que éste se disolvió hace tres años Aquiles no liquida la deuda que tiene con ellos, que ya alcanza los casi 150 millones de pesos.
Es más, el 24 de septiembre de 2021, los agredió físicamente por el hecho de que le exigían el pago del adeudo. Esto sucedió afuera de las instalaciones de la Secretaría de Movilidad y Transporte.
¿QUÉ HARÁ MORENA?
Aquiles Espinosa ha demostrado en los hechos que no le interesa el bienestar de la sociedad, sino sólo acumular poder y riqueza. Hoy, aunque con los colores de Morena, es el mismo priista que en diciembre de 2003 fue detenido por la posesión de un auto reportado como robado en el estado de Puebla. De acuerdo con el reporte de control del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Procuraduría de Justicia de aquel estado le inició la averiguación previa 398/2002/SUR por el delito de robo de vehículo.
Ahora sabiendo que Morena es el partido dominante, está utilizando el obradorismo como bandera rumbo a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez. La pregunta es: ¿qué hará Morena con este impostor? ¿Defenderá el legado obradorista o permitirá que este viejo priista se cuelgue de él para alcanzar sus fines detestables?
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