Juan Carlos Cal y Mayor || Columna

A ESTRIBOR || Juan Carlos Cal y Mayor 

*** ¿Segundo piso?

Si a estas alturas todavía hay personas que siguen indecisas en cuanto a su voto en el 2024 para la presidencia, habría que partir de evaluar lo que ha hecho el actual gobierno. Ya tuvimos 5 años como para valorar si seguimos por el mismo camino. En 2018 votó el 62.62% (56,611,027) de los 89,332,031 electores registrados en la Lista Nominal. De esos votos Amlo obtuvo el 53% (30,110,327). Es decir que un solo un tercio de la población votó por él. El actual listado nominal asciende a 97,550,444, poco más de 8 millones en su mayoría jóvenes que no sabemos necesariamente cómo, y si van a votar.

LEGITIMIDAD

López Obrador llegó al gobierno con gran legitimidad, incluso las encuestas lo calificaban aún más alto al inicio de su gobierno (hasta uno 80%) respecto del 53% de los votos obtenidos. Hoy su popularidad ronda el 56%. Su discurso triunfal fue un llamado a dejar atrás la campaña y buscar la reconciliación gobernando para todos y más de uno nos lo creímos. Respeto a la división de poderes y un no a la militarización. Tenía todo, incluso cierta predisposición de los partidos de oposición que aprobaron al inicio varias de sus iniciativas. Con el paso del tiempo esa relación se radicalizó. El presidente no dialoga con la oposición, nunca lo ha hecho, pero se la vive machacándola a diestra y siniestra a pesar de que el PRI es ahora su principal proveedor de candidatos.

EL AIFA

La primera mala decisión, incluso antes de tomar posesión, fue cancelar el nuevo aeropuerto de Texcoco que de hecho ya estaría operando solo que con una capacidad muy superior al AIFA y el actual Aeropuerto de la CDMX juntos. Esa medida representó una enorme pérdida económica que los mexicanos seguiremos pagando. Parte del financiamiento para su construcción se logró mediante la venta de bonos por unos 6 mil millones de dólares. Dejaron ahí enterrados más de 80 mil millones de pesos y todo por una presunta corrupción de la cual NUNCA sabremos quienes fueron los responsables. La CDMX tendría un aeropuerto que pasaría de 44 a 70 millones de pasajeros en una primera etapa. El AIFA costó unos 115 mil millones de pesos y otra tanto más las obras viales para aproximar el acceso a los habitantes de la CDMX. Quedó operando como un aeropuerto regional de lujo en el Estado de México. Ahora Guadalajara, Monterrey y Cancún están ampliando sus operaciones como nuevos hubs para satisfacer el déficit operativo del malogrado AIFA.

AUTOSIFICIENCIA ENERGÉTICA

El presidente cree que México debe ser autosuficiente en la generación de gasolinas. México tiene una demanda nacional que ronda los 750.000 barriles diarios, pero importa 456.000. En la construcción de la refinería de Dos Bocas el principal engañado es el presidente. Le juraron y perjuraron que estaría operando pasada la mitad de su sexenio y no hay ni para cuando. Le dijeron que iba costar 8 mil millones de dólares y ahora costará la friolera de 17 mil millones. Lo hicieron quedar mal, pero además compraron Deer Park, una refinería en los EU (y de la cual Pemex ya era propietaria del 50%) que producirá lo mismo que Dos Bocas solo que costó 600 millones de dólares (30 veces menos).

TREN MAYA

Lo mismo pasó con el tren Maya. Un engaño más al presidente de parte de sus colaboradores que no tuvieron la decencia de hablarle con la verdad. No solo desviaron la ruta originalmente trazada perjudicando la flora y fauna o incumplieron con los estudios de impacto ambiental, sino al igual que Dos Bocas, pasó de tener un costo originalmente programado de 156 mil millones de pesos a 482.020 millones. De paso también le fallaron con la fecha y eso que ya existían 730 km de los 1.500 km proyectados.

COMO EN DINAMARCA

Del sistema de salud como en Dinamarca, mejor ni hablar. Desaparecieron el Seguro Popular que atendía a población abierta, crearon el INSABI con una inversión anual promedio de 100 mil millones de pesos y luego sin decir ni agua va lo desaparecieron. No logró y tampoco se logra aún, el abasto de medicinas de los que ha carecido la población durante estos años. Le pasaron las compras a Hacienda, luego al INSABI y se las dieron otra vez al IMSS. Ya están por concluir una megafarmacia (otra ocurrencia) que embodegará las medicinas sin tomar en cuenta las complejidades logísticas del territorio, la caducidad y las cadenas de frio. El número de consultas y recetas surtidas cayó entre 2017 y 2021 al pasar de 109 millones a 45 millones, mientras que las recetas no surtidas pasaron de un millón 777 mil a 22 millones. Hasta hoy se tiene registro de que se dejaron de surtir 45 millones de recetas en lo que va del actual sexenio.

INSEGURIDAD

Lo más grave de todo ha sido el aumento de la violencia y el empoderamiento del narco que domina buena parte del país que además genera unos 175 mil “empleos”, más que Pemex. Del huachicol ni hablar. Los huachicoleros tienen patente de corso. La venta y distribución de gasolina robada llega a todos los rincones del país, aunque se disimula en los principales centros de población.

REPARTIR LO AJENO

Hay que estar de acuerdo en que todo gobierno que llega por la vía democrática tiene derecho a implementar sus políticas económicas y sociales. Eso no quiere decir que estemos de acuerdo con esas políticas más aún si estas fracasan. Para eso existe la democracia. El presidente está plenamente convencido de que redistribuir la riqueza que aportan mediante sus impuestos los ciudadanos es hacer justicia social, cree muy poco en que la iniciativa privada debe ser la principal generadora de empleos. Les encanta repartir el dinero ajeno. Decenas de miles de personas quedarán desempleadas cuando concluyan los megaproyectos porque no son empleos permanentes. Por si fuera poco, se decidió incrementar el gasto público para el 2024 en 1.7 billones de sobregasto y echar toda la carne al asador en programas sociales para asegurar la continuidad de la 4t. Una deuda contraída mediante la venta de CETES que pagarán las futura generaciones.

SEGUNDO PISO

La verdad es que no le ha ido bien al actual gobierno a pesar de sus buenas intenciones y eso es lo que tiene que evaluarse para decidir el voto en el 2024. Sobre todo, si la candidata oficial ofrece absoluta continuidad sin moverle ni una coma a la obstinada visión del presidente. Si nada nuevo que ofrecer, en el pecado llevará la penitencia. “Se necesita un segundo piso de la 4t” dice, solo que con los endebles cimientos que pusieron en el primero es probable que se caiga como la línea 12. Si no basta con lo que tenemos a la vista, ya no habrá tiempo después de arrepentirse…