Nueva York. Médicos en Boston han trasplantado un riñón de cerdo en un paciente de 62 años, el más reciente experimento en la búsqueda de usar órganos animales en seres humanos.
El Hospital General de Massachusetts dijo el jueves que es la primera vez que se trasplanta un riñón de cerdo genéticamente modificado en una persona con vida. Anteriormente se habían trasplantado riñones de cerdo en donantes con muerte cerebral. Además, dos personas recibieron trasplantes de corazón de cerdo, aunque ambos pacientes murieron a los pocos meses.
El nuevo paciente, Richard Slayman, residente de Weymouth, Massachusetts, se está recuperando bien tras la cirugía del sábado y se prevé que reciba el alta en poco tiempo, dijeron los médicos el jueves.
El doctor Tatsuo Kawai, el cirujano que llevó a cabo el procedimiento, dijo que el equipo cree que el riñón de cerdo funcionará por al menos dos años. De presentar una falla, Slayman podría volver a las diálisis, dijo el especialista Winfred Williams. Destacó que a diferencia de los pacientes que recibieron corazones de cerdo y estaban muy enfermos, Slayman “de hecho está bastante fuerte”.
Slayman tuvo un trasplante de riñón en el hospital en 2018, pero tuvo que volver a hacerse diálisis el año pasado cuando mostró señales de insuficiencia. Cuando surgieron complicaciones con las diálisis, las cuales requirieron procedimientos frecuentes, los médicos sugirieron colocarle un riñón de cerdo, dijo en un comunicado distribuido por el hospital.
“Lo consideré no sólo como una manera de ayudarme, sino de generar esperanzas para miles de personas que requieren de un trasplante para sobrevivir”, dijo Slayman, quien trabaja como gerente de sistemas para el Departamento de Transporte de Massachusetts.
La cirugía tomó cuatro horas y había 15 personas en el quirófano, quienes aplaudieron cuando el riñón tomó una coloración rosada y comenzó a producir orina, dijeron los médicos en una conferencia de prensa. “Realmente era el riñón más hermoso que hayamos visto”, indicó Kawai.
El doctor Parsia Vagefi, director de cirugía de trasplantes en el Centro Médico UT Southwestern, se refirió al anuncio como “un paso importante”. Pero al igual que los médicos de Boston, dijo que se necesitan estudios que involucren a más pacientes de distintos centros médicos antes de que la práctica esté disponible de manera más frecuente.
El experimento marca el paso más reciente en los xenotrasplantes, el término que se utiliza en el intento de curar a pacientes humanos con células, tejidos u órganos de animales. Durante décadas no funcionó, ya que el sistema inmunológico humano destruía de inmediato el tejido animal. Los intentos más recientes se han realizado con cerdos modificados para que sus órganos se parezcan más a los del ser humano, lo que genera nuevas esperanzas de que algún día sirvan para compensar la escasez de órganos donados.
Más de 100 mil personas en Estados Unidos están en lista de espera para un trasplante, en su mayoría enfermos del riñón, y miles mueren cada año antes de que llegue su turno.
Los cerdos han sido utilizados desde hace tiempo en la medicina humana, incluidos los injertos de piel y la implantación de válvulas cardiacas. Pero el trasplante de órganos completos es mucho más complejo que utilizar tejido procesado. El riñón que se le implantó a Slayman provino de la compañía eGenesis de Cambridge, Massachusetts. El animal fue modificado genéticamente para retirarle genes porcinos perjudiciales y añadir ciertos genes humanos para mejorar su compatibilidad.
El caso de Slayman fue complicado, indicaron los médicos. Incluso antes de su primer trasplante, el paciente tenía problemas con la diálisis y necesitó de decenas de procedimientos para intentar retirarle coágulos y restaurar el flujo sanguíneo. Se volvió “cada vez más desanimado y deprimido por su situación con la diálisis. En cierto punto, literalmente dijo ‘no puedo seguir así”, comentó su médico, Williams.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos otorgó un permiso especial para el procedimiento de Slayman en virtud a las reglas de “uso compasivo”.
Con información de LA JORNADA