A ESTRIBOR || Juan Carlos Cal y Mayor
*** Dados cargados
La organización de las elecciones en México es una función que corresponde al INE y de acuerdo a la ley está sujeta a cinco principios rectores: certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad. Es decir, que la autoridad electoral en su función arbitral debe vigilar en todo momento que se respeten dichos principios. Las leyes en la materia reglamentan y por ello sancionan todos los actos concernientes a dicho proceso.
*ILEGALIDAD*
No ha sido el caso en este proceso electoral. El presidente y su partido se han pasado por el arco del triunfo no solo las leyes electorales sin recibir amonestaciones en la mayoría de los casos y cuando ha sido el caso simplemente las ignoran. Peor aún se ha desprestigiado sistemáticamente al INE y hubo además una intentona fallida de apoderarse de la institución para que fuera el gobierno y no un órgano autónomo como lo és, quien organizara las elecciones.
*IMPARCIALIDAD*
De cualquier manera Morena no se cruzó de brazos. Para este ejercicio presupuestal, le recortó al INE 5 mil millones de pesos, siendo que este año serán las elecciones más grandes en la historia dado el número de cargos en disputa. Lograron además además nombrar como consejera y luego colocar al frente de dicho Instituto como presidente a Guadalupe Tadei muy cuestionada por sus estrechos vínculos familiares relacionados con gobiernos de Morena.
*INEQUIDAD*
Un buen día en una mañanera hace 3 años al presidente se le ocurrió destapar a sus posibles sucesores. Él fue quien les acuñó el pueril mote de corcholatas. Para evitar suspicacias de que impondría a su sucesora dijo que sería el pueblo -mediante encuestas- quién elegiría al candidato de Morena. Les dio luz verde para iniciar un despliegue propagandístico sin precedentes desde donde -a todas luces- la balanza se inclinaría a favor de Claudia Sheinbaum. Así sucedió a pesar de que algunos incautos tomaron partido por otros candidatos. Salvo Marcelo -quien les hizo berrinche- los demás se alinearon de inmediato. El dedazo se disfrazó de proceso interno y el presidente se salió con la suya.
*VENTAJA*
Fue un proceso inédito. En nuestro país no están bien reguladas las elecciones internas y Morena lo aprovechó para sacar ventaja posicionando su marca y a su candidata de manera anticipada. Inequidad absoluta por la cual no debe de extrañar que Morena arrancará este proceso con todas las preferencias en las encuestas a su favor. No solo de la presidencial sino de las nueve gubernaturas en juego.
*DESMOTIVAR*
La oposición aún sin candidatos no pintaba para nada. Desde ese momento se instaló la narrativa de que con esa ventaja no había manera de que Morena de desbancar a Morena. De que las elecciones serían “un mero trámite” como acaba de decir recientemente la señora Sheinbaum. Se trataba con ello de desmotivar al electorado, de descontar a la oposición antes de subir al ring. A ello hay que agregar toda la cargada oficial (22 gobernadores), el aumento considerable del presupuesto en programas sociales para este año y la operación de los Servidores de la Nación, la estructura electoral de Morena pagada con presupuesto público.
*REACCIÓN*
Lo que no esperaban fue la reacción de los ciudadanos que impulsaron la candidatura de la oposición en favor de Xóchitl Gálvez a la que priístas, panistas y perredistas, el llamado Frente Amplio, no les quedó más que aceptar. A partir de ahí comenzó a surgir la expectativa de que no todo estaba escrito. De que la elección no sería un día de campo para Morena. De que se le puede ganar a López Obrador y su candidata. De que se les pueden arrebatar varias gubernaturas. A partir de ahí se comenzaron a mover las preferencias. De nueve gubernaturas solo en siete mantiene una holgada ventaja (Chiapas y Tabasco). En contraste, la disputa por la CDMX sería el primer revés después de tres décadas de hegemonía. En Yucatán, Morelos, Guanajuato, Jalisco, incluso Veracruz, y Puebla es más posible que gane la oposición.
*NO LA TIENEN GANADA*
Lo delicado ahora es que Morena sostiene que lleva una ventaja inalcanzable en la elección presidencial y eso no cuadra con lo que está pasando en los estados. Hablan hasta de 37 puntos de ventaja y por eso las encuestadoras están perdiendo credibilidad. Lo curioso es que en Morena andan muy nerviosos. Sus reacciones no corresponden a las de alguien que ya la tiene ganada. El mismo presidente deslizó la idea de que podría haber un golpe de estado técnico y de que el Tribunal Electoral podría echarles abajo la elección. Lo más grave de todo es la intervención descarada del presidente, esa que le sirvió de pretexto para decir que le hicieron fraude en las elecciones anteriores. Está prohibida por la constitución, está penalizada incluso. Pero no ha habido manera de detenerlo.
*NO ES TODO MIEL SOBRE HOJUELAS*
No le han salido bien las cosas a este gobierno. Ni el tema de la seguridad, ni la salud, ni los megaproyectos, ahora hasta sequía por falta de inversiones, apagones y una prensa crítica a la que no han podido aplacar a pesar de los permanentes ataques, presiones, descalificaciones y ahora hasta abusos de poder como en el caso de Amparo Casar. No se puede estar contento con eso como para pedir que las cosas sigan igual que es lo que ofrece Claudia Sheinbaum.
Yo si creo que se les puede ganar. Que la clase media urbana que es mayoría puede inclinar la violencia si sale a votar. Ojalá que las encuestas no sirvan para legitimar una elección de estado. Ojalá que tampoco sirvan de pretexto al presidente para que luego diga que perdieron porque hubo fraude.