Ciudad de México. El libro Dios, la ciencia, las pruebas, el albor de una revolución, del ingeniero informático Michel-Yves Bolloré y el teólogo Olivier Bonnassies, tiene como tesis central que diversos descubrimientos en la cosmología, la física cuántica y la biología molecular, junto con argumentos filosóficos y éticos, proporcionan pruebas que apoyan la idea de la existencia de una inteligencia superior que ha diseñado el universo.
De visita en México, Bonnassies señala en entrevista con La Jornada, que el libro se ha convertido en un best seller en Europa y ha generado intensos debates entre científicos e investigadores pues plantea dos argumentos centrales para demostrar la existencia de Dios:
El primero es que hay un inicio para el universo, y el segundo, es que hay un ajuste perfecto, increíble, entre las leyes de la física, química, termodinámica, mecánica cuántica y biología.
Sobre el primero, explica que por origen del universo no se refiere sólo al big bang, sino que como lo plantea en el apartado Las pruebas convergentes de un principio absoluto del universo, hay seis razonamientos distintos que concluyen que no es posible que haya un tiempo infinito hacia el pasado.
Einstein demostró que el tiempo, el espacio y la materia están ligados entre sí, y esto es muy importante porque quiere decir que no pueden existir el uno sin el otro, detalla Bonnassies, y concluye que si estos tres aspectos están relacionados, y tienen un inicio, no es sólo del tiempo y la materia, sino también del espacio.
Entonces la causa que está al inicio del origen de la creación de este universo, no puede ser ni temporal, ni espacial ni material. Esto coincide con la definición de Dios en la filosofía y en las religiones: es un ser exterior, trascendente, el que crea el universo.
Al ahondar en el segundo argumento, el teólogo se refirió al orden excepcional del universo, si en el origen hubiera cambiado la velocidad de aceleración de éste, aunque fuera por una cifra de 15 dígitos hacia un sentido u otro respecto del cero, todo se habría desajustado.
Citó al científico materialista Lee Smmolin, quien reconoce que la probabilidad de que la aparición de un cosmos tan complejo y diverso como se conoce fuera producto de la casualidad es de una sobre 10 a la 299 potencia.
¿Cómo es posible que todo esté regulado de una manera tan precisa? La conclusión natural es que tiene que haber habido un Dios que haya creado y regulado el universo, reiteró.
Dios, la ciencia, las pruebas, el albor de una revolución, publicado por Océano, se encuentra entre los 10 libros más populares de Francia, con más de 300 mil ejemplares vendidos. La obra de 497 páginas fue traducida al español por Amalia Recondo y cuenta con un prólogo de Robert W. Wilson, premio Nobel de Física.
Bonnassies está consciente de las críticas que ha desatado el libro, desde su publicación hace dos años y medio, periodo en el que se han escrito 400 artículos y notas de prensa, además de llevarse a cabo 150 conferencias y debates.
Hemos ido tomando contacto con todas las personas que han emitido críticas, invitándolos a un debate público, filmado, a realizarse dónde, cuándo y cómo quieran, y muy poquitos han aceptado, y los que han dicho que sí, han pasado momentos muy difíciles, comenta el autor pues argumenta que el material reunido en el libro es muy sólido, a partir del cual, los detractores únicamente advierten que no es posible probar a Dios, pero no argumentan ni presentan teorías ni tesis.
El libro, en el que se trabajó por más de tres años, pone 12 temas sobre la mesa, y lo que decimos es: a partir de esto que les estamos mostrando, ¿qué es más racional? Decir que Dios existe o que no existe.
Bonnassies tiene estudios superiores de comercio en París y una licenciatura en teología por el Instituto Católico de París. En tanto, Michel-Yves Bolloré, es ingeniero informático, tiene un máster en ciencias y un doctorado en Gestión de Empresas por la Universidad de París-Dauphine.
Bonnassies planteó que la diferencia con otros libros que pretenden conciliar ciencia y religión, es que en éste se reúnen descubrimientos de termodinámica, mecánica cuántica, relatividad, el nacimiento de la cosmología, la expansión del universo y la complejidad de la biología, que les permiten concluir que el universo tiene un inicio, y que está regulado por un espíritu inteligente y fantástico.
Con información de LA JORNADA