La Feria || ¡Cuidado!

La Feria || Sr. López

*** ¡Cuidado!

Ignora este menda cuál sea su caso pero en el propio, cuando era descubierta alguna de sus trastadas, la Jefa de Administración y Disciplina (“mamá”, le decían otros niños a las suyas), tenía dos posibles reacciones: la primera, que de inmediato procediera a probar la potencia de su aparato fonador, con cuerdas vocales más resistentes que los cables de acero del puente colgante Golden Gate, acompañando su alarde wagneriano con sopapos (solo en casos especiales, como el del gato peinado con Resistol, se llamaba Lucero, el gato); esta primera reacción era la normal y poco temida. Lo preocupante era la segunda reacción: el silencio. Si la Dama de Hierro se quedaba callada y mirando al no-sujeto-de-derecho, la cosa era de no dormir. No sé en su caso.

Como todos sabemos, el 7 de diciembre de 1941, fue el ataque japonés a la base naval de los EEUU en Pearl Harbor, Hawái. Murieron 2,402 yanquis entre militares y civiles. Declararon la guerra a Japón y el asunto se zanjó con los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, donde murieron cerca de 250,000 japoneses, civiles, inermes.

Lo de Vietnam, por los años 60 y 70 del siglo pasado, es más conocido. Allá murieron 1 millón 100 mil soldados del Vietnam del Norte aparte de entre dos y tres millones de civiles (no se sabe); de los EEUU murieron 58,126 militares. Y siguen siendo una herida abierta sus 58,126 muertos.

Con eso presente, tratemos de imaginar qué tienen en mente los gobernantes de los EEUU por el problema del fentanilo producido por el crimen organizado mexicano. Ya han muerto más de un millón consumidores, del 2015 al 2024.

Es sabido que todo se inició por la gravísima irresponsabilidad de los laboratorios Purdue Pharma, fabricantes de opioides sintéticos en los EEUU, que impulsaron su consumo premiando y sobornando médicos, pero las muertes por sobredosis eran de entre dos mil y tres mil al año, hasta el 2014. El fentanilo del crimen organizado subió del 2015 al 2022 a un promedio de 92,500 muertos anuales; en el 2023,107,543; y en 2024, 97 mil; tienen la esperanza de que haya un declive sostenido.

Y hay un agravante de increíble perversidad: entre los fallecidos hay los que ni supieron que estaban metiéndose fentanilo, porque, ¿qué cree?, algunos criminales le ponen eso a otras drogas para aumentar la adicción (y para que sea mortal la dosis, con 2 miligramos es suficiente).

El gobierno de EEUU no está de brazos cruzados, sin considerar el presupuesto de sus agencias de la ley, invierte más de 40 mil millones de dólares anuales para reducir el consumo, aparte de otros 5 mil millones en servicios de adicción y salud mental. La cosa es tan seria que la DEA reajustó todo su aparato para enfocarse en los que considera principales productores y distribuidores de fentanilo ilícito: los carteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación.

Porque saben que casi todo el fentanilo ilegal que llega a su país, se produce en México y de aquí se lleva. Igual saben que China es el principal productor y exportador de la materia prima con que se produce.

Todo esto no viene a cuento por los años que quien en mala hora fue Presidente de México, se contentó con negar que en México se produjera el fentanilo. Tampoco por la extraña confusión de la presidenta Sheinbaum de la soberanía con las investigaciones policiacas.

Esto se comenta por el nombramiento de un tal Terry Cole como director de la Administración para el Control de Drogas (la DEA), que hizo el alienado de la Casa Blanca, el Trump.

Terry Cole (Terrance C. Cole), trabajó 22 años en la DEA y estuvo en misiones extranjeras en Colombia, Afganistán, Oriente Medio y México, donde fue director Regional Adjunto. Fue también Oficial Ejecutivo del Jefe de Operaciones Globales de la DEA y representante en el Consejo de Seguridad Nacional. Algo sabe.

Este señor, entre otras muchas cosas que ha despepitado sobre el crimen organizado en México, en una entrevista en abril de 2020, declaró: “Los cárteles de la droga mexicanos trabajan de la mano con funcionarios corruptos del gobierno mexicano en los altos niveles (…) el gobierno mexicano al más alto nivel es cómplice y trabaja de la mano con estos cárteles en todos los niveles de fabricación, transporte y distribución”. Ni tan loco el Trump, escoge bien a los que nos van a apretar.

Terry (ya en confianza), también ha declarado que los productos químicos para hacer fentanilo “se piden a granel a través de los contactos chinos de los cárteles en México. Se envían por barco (llega) a los puertos de Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz y Ensenada (…) bajo el control de las organizaciones de tráfico de drogas (…) las facturas y las marcas en los barriles son todos ficticios para ocultar los productos químicos reales, completamente falsificados desde China a las manos del Cártel de Sinaloa en México”.

No se le olvide que desde 2021, las aduanas de los puertos están bajo la responsabilidad de la Marina Armada, por orden del señor que NO vive en Palenque. Y Terry, algo dijo sobre eso: “Las unidades de élite como SEMAR (la Armada de México), están completamente marginadas y la administración actual no les permite perseguir a los líderes de los cárteles”. Pregúntese por su cuenta y respóndase en privado: ¿quién le da órdenes a la Secretaría de Marina?… ¡eso! (no lo ande repitiendo).

Pero eso sí, ayer, la Presidenta dijo sobre el nombramiento de Terry: “No va a ser como antes de que llegara el presidente López Obrador, eso no. Coordinación, colaboración, información, pero sin injerencismo, sin subordinación”.

Que alguien le informe a la señora que los EEUU no van a invadir México ni le traen ganas al himen patrio, no, lo que ellos quieren es coordinación, colaboración, información.

Lo bueno es que ayer se informó que después de un “megaoperativo” simultáneo en Culiacán, Mazatlán y Rosario, Sinaloa, fueron detenidas tres mujeres y dos hombres. Y el Trump, callado ante semejante alarde de combate al crimen organizado. Hay silencios amenazantes, ¡cuidado!

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