Juan José Fierros Canseco / Columna

Sin Ambages
Juan José Fierros Canseco

Dice un dicho que a río revuelto ganancia de pescadores, consignamos esto debido al desorden político electoral provocado por el dirigente del partido Verde, Eduardo Ramírez Aguilar, y el líder moral del Verde y del PRI en Chiapas Manuel Velasco, con las imposiciones en la elección de 2015, donde destrozaron el orden político electoral, sobre todo en los 17 municipios indígenas de usos y costumbres.
En este desorden político se han montado los ex gobernadores de Chiapas Pablo Salazar Mendiguchía y Juan Sabines Guerrero, y ahora se suma el perredista gobernador de Morelos Graco Ramírez, quien está haciendo campaña política en Chiapas con los dos ladrones más repudiados que acabaron con la esperanza y el futuro de los chiapanecos.
En la praxis política es un hecho sin precedentes que un ex gobernador que primero robó una elección para imponer a Sabines Guerrero y por la profunda corrupción durante su administración, su sucesor y protegido lo metió a la cárcel, pero es más grande la ambición política y económica de Pablo Salazar y Sabines Guerrero y han dejado de lado el agravio y sus intereses los unen para golpetear al endeble gobierno de Manuel Velasco Coello, que ha perdido toda oportunidad de decidir en Chiapas quien será su sucesor.
Por ello Pablo y Sabines sin ningún respeto pasan sobre el que "gobierna" en Chiapas, sobre todo porque más de uno de los delfines de Manuel Velasco están preocupados porque están en la mira de la DEA involucrados en narcotráfico y crimen organizado.
Al menos es lo que dejó entrever el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio en su última visita a Chiapas. Porque es grave que después de la detención del tío Gil y de Edgar Veytia, ex fiscal en Nayarit, más de una tercia de ex alcaldes y políticos en Chiapas están en la cuerda floja por lo que hayan declarado estos dos criminales en la DEA.