Planta en peligro de extinción

Ariel Grajales Rodas /  Nota publicada en el 2013 

Villaflores, Chiapas.- La espadaña, planta milenaria endémica que habita en el Cerro Nambiyuguá

(Mono Brujo) y ligada estrechamente con la celebración de la Santa Cruz en el vecino municipio de Suchiapa, podría desaparecer por el saqueo que realizan los “hojeros” surimbos.

Y es que cada año, una columna de zoques provenientes de Suchiapa, como parte de su ritual para las festividades de la Santa Cruz (3 de Mayo) invaden las intimidades del Mono Brujo para cortar la palma cícada, cuyo nombre científico es dioon merolae.

Aunque el Nambiyuguá no ha sido afectado por los incendios forestales de manera severa en los últimos años, la tala inmoderada, el cambio de uso de suelo, el saqueo de la flora y fauna, amenaza la sobrevivencia de la espadaña, que según expertos, podría tener una antigüedad de 2,500 años, lo que la convierte en las plantas vivientes de mayor edad en México y de Chiapas.

Desde hace más de diez años, diversas organizaciones civiles ecologistas han pugnado por convertir al fiel guardián de la cabecera municipal de Villaflores en reserva natural protegida pero, hasta el momento no se ha conseguido.

El especialista forestal, Pedro Muñoz Martínez, lanzó un S.O.S. para implementar acciones de preservación del ecosistema del Nambiyuguá, pues su integridad natural ha sido impactada por el hombre.

Férreo defensor del Mono Brujo, dijo que es fundamental que éste sea declarado como patrimonio natural de los villaflorenses para que la población y las autoridades correspondientes desarrollen acciones radicales para proteger el hábitat de la espadaña y una de las microcuencas más importantes del municipio.

Por su parte, el maestro en ciencias Alejandro Espinosa Moreno, de la Facultad de Ciencias Agronómicas Campus V de la Unach, mencionó que esa institución desarrolla desde hace diez años un proyecto de conservación, dada la importancia ecológica del Nambiyuguá, que da abrigo a muchas especies de fauna y flora, entre ellas la milenaria espadaña, en peligro de extinción.

El catedrático y promotor del proyecto, aseveró que trabajan en la concientización de los villaflorenses, principalmente ejidatarios y pequeños propietarios aledaños al cerro para poder preservar las más de tres mil hectáreas que componen el ecosistema amenazado.

En tanto, el ambientalista Dilex Sánchez Sánchez, lamentó que desde el domingo último se pudo apreciar decenas de “hojeros” cargando infinidad de hojas de espadaña cortadas sin ningún cuidado.

Comentó que día antes, los suchiapanecos que participan en la recolección recibieron una plática por parte de especialistas sobre la importancia de la planta así como de los cuidados que deben tener al momento del corte, sin embargo, agregó, parece que no entendieron el mensaje.

“Este tipo de corte evita que la planta pueda llegar a la madurez y por consiguiente, no pueda florear y reproducirse, por lo tanto el daño es irreversible”, anotó Sánchez, líder de la Red Ambiental “Francisco Villa”, galardonada con el “Premio Estatal del Medio Ambiente 2012” por el proyecto del “Cerro Sonsonate”, que el pasado 2 de febrero fue declarado Área Natural Protegida (ANP) por el gobernador Manuel Velasco Coello.

“Por si fuera poco esta planta se encuentra en peligro de extinción por la NOM-059-SEMARNAT-2010, lo que significa que de continuar con esta tradición en unos años esta planta pasara a la historia. Sin duda alguna una tradición que pone en peligro la biodiversidad de nuestro querido Chiapas, una tradición innecesaria", terminó diciendo.

Alrededor de 23 mil hojas son cortadas anualmente

El corte se realiza presionando con los dedos la base de la hoja y jalándola, el número de hojas cortadas varía entre 150 hojas (los niños y viejos), los adolescentes y adultos entre 200 y 250 hojas y 300 (los hombres más fuertes), cortan únicamente las hojas maduras y viejas, respetando las hojas tiernas.

Bajo el intenso sol, los hojeros empiezan a juntar las hojas que colocan en las redes, veladas en la noche anterior ante la imagen de la Santa Cruz.

Colocan las hojas, una encima de otra, los más grandes primero, de manera vertical y los amarran con tres mecates, alrededor de la base, en medio del bulto y sujetando las puntas y por último, colocan encima la cruz que cargan ellos.

Para protegerse de las filosas espinas que presentan las hojas, amarran un petate doblado, en la parte del "tercio" que hace contacto con su espalda, dicho tercio se lo colocan en la espalda con un mecapal.

Por tradición, en el corte de la espadaña está prohibido el uso de objetos cortantes, lo que refleja el respeto que le tienen a la planta, a la que consideran sagrada.

En la procesión de participan aproximadamente son 105 personas, quiénes cargan un promedio de 225 hojas, con un total de 23, 625 hojas.

Según el facultativo, Alejandro Espinosa Moreno, esta tradición ya puso en peligro de extinción a la espadaña, toda vez que los "hojeros" suchiapanecos no llevan a cabo reforestación constante ni las autoridades han intervenido para frenar el saqueo de la milenaria planta.

Recordó que la única vez que los "espadañeros" reforestaron fue hace más de diez años pero, poco duró el gusto, pues un comerciante entró al área donde se desarrollaban las plantas sembradas y las devastó.

Mientras los villaflorenses asumen su responsabilidad en la protección del Cerro Brujo, la espadaña, ingrediente importante en la fiesta de los zoques suchiapanecos, espera refugiada en lo más recóndito del bosque la llegada de los hombres, que acompañados de pito y tambor, sustraen sus hojas para adornar los altares en el día de la Santa Cruz.

Espadaña o Nimalarí

El nombre de la especie –Dioon merolae- fue dedicado a Aldo Merola, profesor de Botánica y director de la Orto Botánica de Nápoles, Italia, en reconocimiento a su notable contribución al conocimiento y conservación de las Cycadas, clase a la que pertenece la espadaña.

Los nativos de la zona la conocen como Nimalarí, de la lengua Chiapaneca: Nima Hoja y Larí Plumas.

Características.- Es una planta con troncos cilíndricos, erectas o reclinadas, de 3 metros de altura en promedio y 25 a 40 centímetros de diámetro en el tallo, aunque se han reportado individuos hasta de 6 metros. Generalmente están inclinadas o incluso postrados. Los sexos está separados, es decir, existen plantas masculinas y femeninas.

Distribución.- Se distribuye en la porción Noroeste de las regiones fisiográficas Sierra Madre y Depresión Central de Chiapas, concretamente en el área circunscrita por las poblaciones de Cintalapa, Arriaga, Tonalá, Villaflores y Jiquipilas, desde los 650 a 1200 msnm.

En las selvas caducifolias (Dicho de los árboles y de las plantas: de hoja caduca, que se les cae al empezar la estación desfavorable) de Jiquipilas y en el Cerro Nambiyuguá de Villaflores, crece en suelos muy secos, superficiales, de poca profundidad y en afloramiento de roca arenisca que forman pequeños peñascos, susceptibles a la erosión. Según especialistas, actúa como formadora y retentora de suelos.

En la Depresión Central de Chiapas únicamente el pueblo de Suchiapa, formado por la cultura chiapaneca, la cual tuvo mucha influencia de Paraguay y Nicaragua, le da a la espadaña un valor religioso y ornamental.

Reino: Vegetal

División: Pinophyta

Clase: Cycadopsidae

Orden: Cycadalas

Familia: Zamiaceae

Género: Dioon

Especie: Dioon merolae