Sr. López || Columna

 La Feria || Sr. López

*** Fractura

Tía Chela (Graciela, de Toluca), era desconfiada como un judío en Berlín en 1940. Con ese golpe de suerte que merece toda mujer, enviudó y quedó como heredera universal de lo muchísimo que en vida tuvo el fiambre. Pero tía Chela, increpó al Notario: -¿Ah, sí?, con que esas tenemos… ¡tendrá noticias de mis abogados! -el fedatario, asombrado, le dijo: -Señora, usted es la heredera universal –y tía Chela, rugió: -Voy a encontrar la trampa en esto… ¡a mí nadie me ve la cara! –bueno, gastó dinerales en abogados, que cobraron muertos de la risa.
Por ahí de 16.5 millones de tenochcas con credencial para votar, que votaron, perdieron. Si le parece feo decirlo así, usando el ‘Manual de Buenas Maneras del Tenochca Ilustrado’, digamos: los resultados no los favorecieron… la tendencia les fue adversa. ¡Perdieron!
De esos, basta con cien mil aferrados para sembrar la idea (torcida), de que hubo fraude en los comicios. Y esos pocos cien mil hacen un clamor más impresionante que el coro ‘O Fortuna’ de Carmina Burana (se pronuncia ‘Cármina’, de Carl Orff, por supuesto).

Siguen apareciendo en las redes, análisis de coprocultivo electoral, “probando” que se hizo trampa. ¡Vaya!
Si quienes piensan eso, pensaran, verían que desacreditan al INE. Acuérdense: ¡el INE no se toca!… bueno, dejen de manosearlo, no abonen al alegato de López Obrador de que el INE es una birria y debe pasar a la Secretaría de Gobernación.
Recuerde: todo el proceso electoral está en manos de ciudadanos comunes y corrientes. Para preparar las elecciones, el INE sorteó las letras del alfabeto y los 12 meses del año. Al azar se seleccionó a 12 millones 819 mil 751 ciudadanos y los visitaron de parte del INE, uno por uno, para invitarlos a participar en las casillas.
Unos aceptaron, otros no, y a fin de cuentas, 1’532,358 mil vecinos de nosotros, fueron los funcionarios de casilla, capacitados por el INE. Millón y medio, elegidos al azar de entre ‘tenochcas simpliciter’, ciudadanos de banqueta.
Poner de acuerdo a un millón y medio (o a unos miles), para que hagan trampa es humanamente imposible… y que guarden el secreto, más, considerando el deporte mexica del chisme. Por eso, los sembradores de la discordia y la duda, se van encima del Conteo Rápido y del PREP, sosteniendo sin pruebas reales, que ahí se cocinó la trampa para beneficiar a Morena, asociados y trepadores, por más que diga, repita e insista el INE que esos NO son resultados definitivos.
No se hizo trampa en el PREP ni en el Conteo Rápido y si así fuera, sería una inmensa tontería hacer un fraude que se evapora en el momento que se hacen los cómputos en los 300 distritos electorales, acta por acta de cada casilla, con los documentos originales en mano y representantes de los partidos vigilando, abriendo paquetes para contar voto por voto en todos los casos en que hay duda de cualquier acta de casilla.
Pero en honor a la verdad, de acuerdo al informe de los cómputos distritales de ayer, ya contando bien, resultó que sí faltaban votos por contar y no pocos, sino 2.7 millones de votos más… a favor de doña Sheinbaum, quien subió de 33.2 millones que calculó el PREP, a 35.9 millones de boletas para ella, equivalentes al 59.75% de los votos emitidos. Y eso no desacredita al PREP que reportó 59.35% de votos a favor de la que ya es en los hechos, Presidenta electa. La precisión del INE es de asombro. ¡Ah! y la verdad no es del que grita más.
También subió doña Xóchitl, 900 mil votos, de 15.6 a 16.5 millones de votos… 19.4 millones de votos menos que doña Sheinbaum. Mejor ya no le muevan. Así déjenlo.
Todo lo anterior no legaliza la constante, continua y cínica violación de la ley electoral de parte del Presidente. Eso es otro pollo en otra cazuela. Pero, no se entusiasme: el Presidente se sabe intocable. Es. Ni modo. Ya dentro de un siglo arreglamos eso… o no.
Y no seamos optimistas en lo del Congreso. Morena, asociados y sus ‘viene-viene’ de MC, podrán imponer cambios constitucionales. Ni modo.

Pero hay un pero, un grandísimo pero, un perón: el gran capital y el tío Sam. Si no lo cree, mire:
Ignacio Mier, líder de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, ayer, por darse el gustazo de oírse hablar, informó que ya se dictaminaron en comisiones las iniciativas de reformas constitucionales y legales del Presidente, para que la próxima legislatura las pueda votar. La prensa nacional, de mala fe o por… (usted póngale, rima con azulejos), “cabeceo” la nota diciendo que esas iniciativas serían aprobadas en septiembre próximo: jamás dijo eso don Mier, pero su imprudencia de hablar de la soga en casa del ahorcado tuvo consecuencias:
Desde Nueva York derrumbaron el peso, a 18 por dólar, el peor desempeño entre las principales divisas. El director global de divisas, Brad Bechtel, del poderosísimo banco de inversión Jefferies Group LLC, dijo: “Podría ser un momento salvaje para el peso mexicano por un tiempo”, porque, según el Reforma, “a los inversionistas les preocupan las reformas propuestas que podrían aumentar la intromisión del Estado en la economía y eliminar los controles al poder del partido gobernante”.
Dirá un morenista de esos irredimibles, que no les preocupa ni les importa. ¿No?… ¿en serio?… pues qué raro que ayer mismo, el encargado de parte de doña Sheinbaum, de la transición gubernamental, Juan Ramón de la Fuente, salió a atajar el vendaval declarando “honraremos los derechos de las minorías”, y que la ganadora Sheinbaum, “no replicará mecánicamente el estilo de López Obrador, sino que buscará un equilibrio que fortalezca la democracia en el país”. Carmen Aristegui lo reportó con este titular: “Sin ruptura y sin sumisión, así vamos a avanzar”: Juan Ramón de la Fuente; o sea, Claudia Sheinbaum.
Sin sumisión, sin replicar el estilo del señor de Palacio, respetando a las minorías. Esas tres frases prueban que doña Presidenta electa, sí piensa y por más de izquierda que sí es, sabe que con el tío Sam no se juega a las vencidas porque acaba uno con fractura.